¡Buenos días!

Han estado muy cerca de ganar estos poemas:

MJVIZ
Se oculta en la evanescencia / de láminas de luz / sobre abrazos líquidos que hablan.

La delicadeza expresiva de este poema nos va conduciendo suavemente por varios niveles en la percepción de la realidad, desde esa “evanescencia” inicial, hasta ese revelador tercer verso con “abrazos líquidos que hablan”. O sea: poesía hecha cuerpo.

Thurma
Ondas dibujadas por la sábana de lluvia/danzan hipnóticas la música de nieblas / envuelven los hombres entre estambres de sueño

El comienzo ya es envolvente tanto por la imagen que nos ofrece como por el efecto que causan, en la lectura, esas “Ondas dibujadas por la sábana de lluvia”, con un tercer verso que nos hace enfrentarnos a nuestro mundo onírico con una imagen final muy creativa.

Prado
Débiles aguas / mentiras que separan la tierra / del centro del ruiseñor.

Intimismo minimalista para un poema que dice mucho con pocos elementos, y hasta emociona, también, con pocos elementos. Ese “centro del ruiseñor” puede ser también la propia poesía, la esperanza de vivir, algo que nos salva de la desolación previa. Bien.

Pero el ganador es:

JiV (seudónimo de Juan Elías Doral)
Porque no veo otra cosa que el espacio vacío / Después de una gimiente ducha fría / La brisa de la mañana siembra la duda entre la luz y el hueso.

Comienzo confesional en un poema que parte de la negación de un contenido: estamos en un “espacio” que tenemos que ocupar con las palabras convertidas en cuerpo. A partir de ahí, un sutil esbozo narrativo en el segundo verso, antes de un cierre que resulta muy revelador de la pura extrañeza de vivir, con esa imagen final exacta y fina.

Tema de la semana: “Ciudades subterráneas”. Las hemos recorrido en algunas películas, en cómics y en novelas, pero también habitan dentro de nosotros. Escribamos de ellas, en 3 versos y no más de 140 caracteres: de esas geografías interiores que guardamos debajo de la piel, de los mundos secretos que también recorremos, de todos esos mapas urbanos que ahora somos y también escondemos bajo nuestros pasos.