Image: Chicos y chicas

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Letras

Chicos y chicas

Soledad Puértolas

4 noviembre, 2016 01:00

Soledad Puértolas. Foto: RTVE

Anagrama. Barcelona, 2016. 222 páginas. 17 €, ebook: 9,99 €

¿Qué hace que los relatos de este volumen, el séptimo de la escritora y académica Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947), siendo como son una muestra más de su manera de entender la literatura, resulten diferentes a los que les preceden? Una razón está en la licencia que la voz literaria se toma al ocupar la tercera persona y no la primera, al distanciarse de lo que cuenta y buscar un enfoque más abierto a la hora de encarar la narración. Voz objetiva, aunque observadora avisada, exploradora de la realidad humana, de interiores y exteriores, de hombres y mujeres (de "chicos y chicas"), conocedora de cuanto contienen las elipsis de las historias que cuenta. Once en total, acogedoras con los lectores gustosos de reencontrar pulsiones y obsesiones recurrentes en su autora. Pero a la vez un desafío a quien prejuzgue que no hallará sobresalto alguno en ese modo realista de enfocar las relaciones.

De ahí que temas recurrentes en su obra, como el amor, la ruptura, la infidelidad, la soledad o la ausencia, respondan a una percepción aguda de episodios y situaciones mínimas que, en virtud de un esmerado ejercicio constructivo, convierten realidades exiguas en historias intensas, inquietantes, sugeridoras de nuevos sentidos. Cada una con un trazado diferente, todas recorridas por una sensación de realidad tangible en la que es fácil reconocerse. He ahí otra razón que los distingue.

Cualquier relato de los aquí incluidos sirve de ejemplo, pero empecemos por los que le otorgan el valor añadido al que aludimos. "Ausencia", por ejemplo, abre un espacio a la mirada del lector al contar cómo un profesor propone una difícil tarea a sus alumnos: deben escribir a partir de un cuadro, inventar una historia. "Sáquense de la manga un narrador ajeno al asunto", les dice. "El cuadro es un elemento de la narración". Para su asombro, el mejor ejercicio, el único que habla del cuadro en su totalidad, es el que incluye "lo que en él no se ve" relatando una relación de cosas que están fuera de la vista de quien mira. Funciona como una teoría del cuento y actúa sobre otros relatos donde lo que no se ve es el detonante de lo inesperado. Como en el titulado "En tierra extraña", sobre una relación de pareja asentada, sin complicaciones. Nada avisa a Iván de que cuando regrese de su aventura extramatrimonial a su vida conocida se sentirá un extraño y no sabrá orientarse por ella. Esa misma impresión de sacudida deriva de la situación narrada en "La misma mujer". O en "Sueños", donde aparece la soledad del hombre mayor, sorprendido de reconocerse en esa frase del Quijote advirtiendo: al cabo de los años, voy a caer "donde nunca había tropezado".

Y más situaciones ampliando la propuesta de intimidades compartidas: la confesión inoportuna, que lastra cualquier probabilidad de volver a encontrarse, el odio acumulado contra la madre obsesiva ("Tarot"), el recuento de la vida de tres hermanas que se citan para reencontrarse ("Barro"). Y los relatos que exploran el recorrido emocional de mujeres, como la que protagoniza el que da título al volumen... Y podríamos seguir, porque los personajes, con su realidad, ejercen de punto de fuga en el conjunto. Tal enfoque hace que la mirada del lector prolongue cada historia con lo que en ella no se ve.