El Premio Planeta de Novela alcanza su 65 edición con su mayor número de participantes, 552, y mirando hacia el futuro lector con esperanza gracias al repunte del sector editorial.

"Hoy convertimos el libro en noticia, algo buenísimo para todos". Con estas palabras comenzaba su intervención el presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, que ha saludado el repunte del sector editorial afirmando que "una sociedad que lee es una sociedad mejor". Por eso, ha reiterado una vez más el mensaje habitual de todos los habitantes del planeta libro, "la piratería es una gran preocupación ante la cual todos deberíamos estar unidos. No hay excusas, la piratería es un atentado, un desprecio a la cultura", ha asegurado tajante.



Pero a pesar de estas sombras, esta edición del Premio Planeta es la del optimismo. Eso fue lo que destilaba Jesús Badenes, director general de Planeta al afirmar que "el Nobel es el único premio que nos precede en importancia y dotación, pero está un poco desvirtuado". Opiniones aparte, el optimismo del grupo se apoya en esperanzadores datos sobre el futuro del libro. "2015 ha sido el primer año en el que el consumo de libros ha repuntado, un 3%, sobre todo novelas y libros infantiles y juveniles". Badenes también ha anunciado que "2016 será un buen año, con un crecimiento de entre un 1 y un 2%, motivado nuevamente por la ficción y los libros juveniles e infantiles", lo que supone una apuesta de futuro en la creación de nuevos lectores.



Tras la aportación de estos datos, ha sido el jurado el que se ha pronunciado al respecto del total de 552 novelas recibidas, récord histórico, y de las 10 que competirán en la final, optando a recibir con 601.000 euros la ganadora y 150.250 la finalista. El jurado, integrado en esta edición por Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Emili Rosales, ha afirmado por boca de éste ultimo que "tenemos un panorama excepcional del género novelistico. Este año ha puesto de manifiesto que ya no sirven las categorías inmóviles de los géneros novelísticos", pues según asegura se mezclan novela histórica e intriga, novela social con historias de amor...



"Es lo que andamos buscando los lectores: que alguien nos cuente una historia y lo haga bajo una formulación literaria feliz", ha sintetizado Rosales, que ha celebrado que está asegurada una feliz discusión entre los miembros del jurado, en una felicidad que se trasladará a los lectores en unas semanas. Además como cada año, la prensa congregada para cubrir el evento intercambia rumores sobre el posible ganador. Entre los nombres más sonados, han estado la periodista Susanna Griso, la actriz Maribel Verdú o un misterioso gallego "que trabaja en televisión, es un casanova y ha ganado varios premios". El presidente del grupo, Josep Creuheras, ha hecho caso omiso de los rumores que se repiten año tras año y ha repetido que jamás contestan a este tipo de preguntas.



Las obras finalistas

Respecto a las diez obras finalistas destaca, como decimos, la hibridación de géneros. Novela de aventuras y aprendizaje entreverada de intriga se presenta El marido de la gitanilla, del autor con seudónimo Ñau, que narra las memorias de un doble agente secreto al servicio de la Corona de Castilla y la Corona Británica en la España del siglo XVI. Sol de Tebas, del autor con seudónimo Jim Hawkins, es una novela negra de suspense, muy al estilo de Agatha Christie, donde se destapan oscuros secretos y todo el mundo es sospechoso, pero ambientada en la España rural.



Por su parte, 7 LR (Siete lágrimas rojas) del autor con seudónimo Blanco Dálmata, relata una compleja historia que mezcla intriga policiaca y terror fantástico en la que la aparición de seis vírgenes que lloran sangre concitará las pesquisas de la policía, un enviado del Vaticano y una periodista de investigación. Entre novela romántica y novela social, Tinta corrida, de Mariano Negri, relata la experiencia romántica de una mujer en la machista Argentina de los años 20, en la que debido a una tórrida historia de amor sufrirá la vileza y la incomprensión de la sociedad.



Sardinas coloradas, de Luis Escalante Galán es una novela policiaca de compleja trama con elementos fantásticos en los que el naufragio de un barco en una zona del Cantábrico poblada por sirenas destapa una espesa trama de corrupción. El nacimiento, del escritor con seudónimo Óscar García está protagonizada por Sócrates, y se trata de una novela de acción con la Guerra del Peloponeso de fondo y muy rica en tramas y subtramas que conjugan una hábil filigrana histórica.



El escritor con seudónimo Hope firma Con un par de alas, una novela de sentimientos sobre una joven que tras una dolorosa ruptura decide recomponer su vida con ayuda de su madre y una amiga. Una novela femenina con un contrapunto de ironía y comicidad. El camino de Santiago, del autor con seudónimo Maestro Mateo, un ejemplo perfecto de realismo mágico y de cruce del mundo real con el onírico, narra la historia de Santiago, un niño peruano superviviente de una masacre que años después se reencuentra con el torturador de su madre.



El reposo de la tierra durante el invierno, de María Mercedes Irigaray narra en paralelo el tránsito de niña a mujer de la protagonista junto al trastorno paulatino de la sociedad argentina de los últimos gobiernos peronistas hasta el establecimiento de la dictadura militar de Videla. La última novela es Nada impide, del autor Anxo Novoa, que firma una novela negra clásica sobre el secuestro de un autobús en la que destacan los diálogos y las sorpresas intermitentes que, muy al estilo cinematográfico, mantienen en vilo al espectador.



Hasta el fallo de mañana, que se hará en la clásica cena de gala del día 15 de octubre, la que ostenta el galardón es Alicia Gimenez-Barlett, la ganadora del Premio Planeta el año pasado por Hombres desnudos, una novela que explora el mundo de la prostitución masculina, mientras que el cineasta Daniel Sánchez Arévalo quedó finalista con su primera novella, La isla de Alice.