José Ángel Valente. Foto: José Ayma.

Una de las delicatessen que nos tiene preparada la reentré literaria es el Diario anónimo de José Ángel Valente, que publicará Galaxia Gütenberg a comienzos de septiembre. Son textos inéditos, cuya existencia se desconocía hasta el año pasado, cuando el poeta canario Sánchez Robayna la desveló en un congreso en Almería. Salvo su círculo más íntimo, todos pensaban que la obra del autor de Tres lecciones de tinieblas estaba exhaustivamente publicada.

Pero no era así. Valente, antes de morir en el año 2000, donó a la Universidad de Santiago de Compostela su archivo y su biblioteca. Excepto apuntes sueltos, de escasa entidad, se creía que ahí estaba toda su obra, tras ser publicado póstumamente Fragmentos de un libro futuro. Sin embargo, Coral Rodríguez, compañera del poeta, guardó sus diarios, escritos entre 1950 y 2000.

Escritos en dos cuadernos de tapas negras, todas los comentarios de Valente aparecen fechados. Los escritos tienen un enorme interés ya que reflejan su visión y esquemas ideológicos en muy diversos ámbitos: anntropología, política, filosofía, literatura... Una panoplia de impresiones en la que queda radiografiada la amplísima perspectiva crítica de Valente.

En estas anotaciones anónimas queda constancia también del dolor del poeta, agravado hasta lo insoportable cuando su hijo Antonio murió por una sobredosis en 1989. Al poco tiempo fue su corazón el que pagó los golpes recibidos. Un infarto le tuvo en jaque en esas fechas. Ese sufrimiento se trasladó a su poesía, heredera de la tradición mística española.