La pasajera, de Weinberg | Teatro Real
Mieczyslaw Weinberg (1919-1996) fue un polaco emigrado a Rusia donde, pasado un tiempo, encontró la comprensión, la admiración y la protección de Shostakóvich. La ópera, sobre el relato autobiográfico de Zofia Posmysz, terminada en 1968 y aplaudida por su mentor, no se estrenó, dada la pacatería de las autoridades soviéticas, hasta 2006 y en versión semiescenificada. No se le hizo justicia hasta 2010, cuando el Festival de Bregenz, en producción de David Pountney, que es la que programa el Real, la recuperó. “Belleza y grandeza” encontraba Shostakóvich en esta ópera, que cuenta el reencuentro en un viaje trasatlántico de Marta, una prisionera judía en Auschwitz, y Lisa, supervisora de las SS. Los amargos recuerdos no se hacen esperar, lo que provoca numerosas vueltas atrás. La escritura de Weinberg es tan tersa como intensa, vitalista y llena de lírica introspección. El lenguaje es tonal, aunque no desconoce el dodecafonismo. Se localizan parentescos con Britten, Janácek, Berg y, naturalmente, Shostakóvich. Dos norteamericanas de origen, Amanda Majeski, de limpio tilmbre de lírica, y Daveda Karanas, de caudalosa y vibrátil emisión, ponen voz a las protagonistas. La lituana Mirga Gražinyte-Tyla empuñará la batuta. 9 de marzo
Eugene Onegin, de Chaikovski | Liceu
He aquí una emotiva y colorista partitura de loable equilibrio y de indiscutible elegancia. La ópera se estrenó el 29 de marzo de 1879 en Moscú. El libreto era del mismo compositor y de Shilovski. La historia del individuo que rechaza el amor de una joven y que luego, ya casada ella, pretende recuperarlo, está tratada magistralmente con una música de un romanticismo de altos vuelos y una vena melódica extraordinaria, con fragmentos de una elevada inspiración, como el aria de Lenski, previa a su duelo con Onegin, el aria del Príncipe Gremin, esposo pasados los años de la joven, y sobre todo la famosa escena de la carta, que canta la despechada joven, que no puede contener por más tiempo sus sentimientos y comienza a escribir una declaración de amor en la que se desnuda por completo. La secuencia final es de un dramatismo desbocado. La producción viene firmada por el siempre penetrante y analítico Christof Loy. El riguroso y aplicado titular del Liceo, Josep Pons, estará en el foso. El reparto aparece presidido por dos sopranos de altura, Svetlana Aksenova, de un lirismo en carne viva, y Kristina Mkhitaryan, de instrumento de mucha enjundia, que se alternan en el papel de Tatiana, y dos barítonos muy aceptables, Audun Iversen, de tinte algo engolado, y Iurii Samoilov, más lírico. 27 de septiembre
La regenta, de Marisa Manchado | Real/Español
Marisa Manchado Torres (Madrid, 1956) es una de nuestras más preparadas, estudiosas y consecuentes creadoras. Ha recorrido medio mundo en busca de respuestas, estudiado con maestros de pro y hecho las más diversas y arriesgadas probaturas en todos los géneros. Ha sentido desde siempre una especial atracción por el teatro desde los tiempos en los que colaboraba con el Grupo Tábaro y alumbró su primera obra ligada a la escena, Buscando otro bosque, en 1983. Pedagoga de vocación, estrenó en el Teatro de la Zarzuela en 1994 su ópera Cristal de agua fría. La Regenta se empezó a componer en 2002 en colaboración con la catedrática Amelia Valcárcel. Manchado conecta su partitura sobre la novela de Clarín con la tradición operística y emplea una variada gama de leitmotiven en este relato sobre la pacatería, la ignorancia y la mala intención en el que sobresale la figura de Ana Ozores. La ópera, que se estrenará en las Naves del Español, tiene un buen reparto, con María Miró y David Oller al frente. Jordi Francés, experto en estas lides, estará al mando en esta producción firmada por la acreditada Bárbara Lluch. 24 de octubre
Rigoletto, de Verdi | Teatro Real
Nueva visita de esta primera ópera de la trilogía verdiana de principios de 1850 al teatro madrileño. Nada menos que 21 representaciones a lo largo de todo el mes de diciembre saciarán, imaginamos, los deseos de varios miles de aficionados a las melopeas verdianas, a la forja de una nueva forma de encajar la voz con la orquesta y al establecimiento de una suerte de recitativo melódico de enorme poder dramático en las intervenciones del jorobado, que serán recreadas en lo escénico por ese gran hombre de teatro que es Miguel del Arco. Tendrá un buen colaborador en el maestro Nicola Luisotti, que se las sabe todas en este terreno. Los repartos son en general de garantías. Se alternan muy reputadas voces. El Duca se lo reparten tres buenos tenores lírico-ligeros, cada uno en su estilo: Javier Camarena, Xavier Anduaga (una buena prueba para él) y John Osborne. Gilda será cantada por Adela Zaharia (algo engoladilla), Julie Fuchs (recordemos su excelente Susanna de Las bodas de Fígaro el año pasado) y Ruth Iniesta. Ludovic Tézier y Étienne Dupuis son dos buenos barítonos franceses para Rigoletto; no tanto quizá Quinn Kelsey. 2 de diciembre
Antony & Cleopatra, de John Adams | Liceu
Singular acercamiento al idilio político-amoroso-erótico que vivieron, se supone, Cleopatra y Marco Antonio, y que Shakespeare se encargó de contar, fantaseando lo suyo, y que John Adams glosa a su modo en esta ópera estrenada el pasado año en San Francisco y que ahora, en coproducción, se presenta en el coliseo barcelonés. Nueva oportunidad para degustar la música, que no desdeña lo tonal, de este compositor, que tanto ha enriquecido las técnicas minimalistas con un sagaz sentido rítmico, una sabia aplicación de la variación continua, un manejo muy expresivo del ostinato, una elaboración contrapuntística de primer orden y una sorprendente paleta tímbrica, como pudimos apreciar hace unos meses en el Real con Nixon en China. En la puesta en escena de Elkhanah Pulitzer la acción transcurre aproximadamentre los años 30-31 a. C., aunque la producción utiliza una gran variedad de dispositivos para las conexiones del público con el mundo contemporáneo. El reparto contiene algunos nombres de relieve, como el del sólido barítono Gerald Finley y la flexible y rotunda soprano Julia Bullock. El propio compositor empuñará la batuta, lo que es una garantía. 28 de octubre
El caballero de Olmedo, de Díez Boscovich | Zarzuela
En 1981 el teatro de la calle de Jovellanos acogió el estreno de la ópera Fuenteovejuna de Moreno Buendía. Un título y un tema que muchos años después empleó el asturiano Jorge Muñiz en otra obra lírica presentada en el Campoamor de Oviedo. Vuelve la literatura del Fénix de los Ingenios al coliseo madrileño con otra ópera de nueva creación: El caballero de Olmedo, escrita por Arturo Díaz Boscovich sobre libreto de Lluís Pasqual, que estará al frente de la producción escénica en tacto de codos con Guillermo García Calvo, que gobernará el foso, y a un sólido reparto encabezado por el punzante tenor hispano puertorriqueño Joel Prieto (Don Alonso) y la grácil soprano ligera Rocío Pérez (Doña Inés), cortejados por otras voces españolas de verdadera solvencia: Berna Perles, Gerardo Bullón, Rubén Amoretti. Junto a ellos la caleidoscópica soprano alemana Nicola Beller Carbone. Díaz Boscovich es un resuelto director y creador, muy conectado con la música cinematográfica. Posee un sólido oficio y se mueve en el terreno de la tonalidad. 6 de octubre
La bella Susona, de Alberto Carretero| Maestranza
He aquí una bella historia de amor y sacrificio que sucede en 1481 y que cuenta un complot judío para hacerse con el poder de la ciudad de Sevilla y echar, con la ayuda de los musulmanes, a los cristianos de la ciudad. Estamos ante “una historia de amor, traición y redención; un homenaje a Sevilla como ciudad de ópera”, afirma el compositor. Susana Ben Susón, hija del cabecilla judío, traicionó a su padre por amor a un caballero cristiano, fue repudiada por su gente y se convirtió al cristianismo. Carretero, pese a su juventud (Sevilla, 1985), posee una sorprendente inventiva, como ha demostrado en un catálogo muy amplio y en su ópera anterior, Renacer. La que ahora se estrena estará en las manos directoriales de Nacho de Paz, un clarividente especialista en músicas de hoy. Un grupo de experimentados cantantes españoles –José Luis Sola, Luis Cansino, Marina Pardo, Andrés Merino–, junto a la soprano Daisy Press, una rara especialista en músicas antiguas, orientales y de nueva creación, llevará a buen puerto la producción de Carlos Wagner y Alejandro Andújar. Es un encargo de la ROSS. 13 marzo
La bohème, de Puccini | ABAO
En estas representaciones bilbaínas tenemos un buen plantel de voces, con artistas jóvenes de nuestra tierra. Mimi será Miren Urbieta-Vega, una soprano lírica bien provista, de timbre caluroso y fraseo cordial. Una voz en sazón. A su lado estará el Rodolfo de Celso Albelo, que va ganando enteros y ampliando su generoso instrumento. Marina Monzó, voz cristalina de lírico-ligera, será Musetta. Manel Esteve, un barítono muy lírico de buena encarnadura vestirá a Marcello mientras José Manuel Díaz, sólido y ortodoxo, será Schunard. David Lagares, en continuo crecimiento, y Fernando Latorre, siempre un muy hábil característico, encarnarán Colline y Benoit/Alcindoro respectivamente. La batuta de Pedro Halffter alumbrará una escena a lo que parece muy ortodoxa, lejos de experimentos, que será dirigida, cosa curiosa, por el veterano barítono Leo Nucci. 18 de mayo
La dama de picas, de Chaikovski | Palau de Les Arts
Nos topamos de nuevo con Chaikovski en una obra más más psicológica y más desalentadora que Eugene Onegin, estrenada en el Mariinski de San Petersburgo el 19 de diciembre de 1890. Pushkin está en la base literaria. Es, como se apunta en el texto preparado por el Palau, “una simbólica metáfora del azar engañoso de la vida”. El director de escena londinense Richard Jones acentúa el trastorno del protagonista en su caída libre hacia la locura. James Gaffigan, titular musical en Les Arts, un maestro expeditivo, de batuta precisa, parece muy apto para descubrir las esquinadas bellezas de una partitura magistral en la que pululan personajes variopintos y asendereados de acuerdo con el libreto de Iván Vsevolozhsky. Dos excelentes y apropiadas voces encarnan a los dos protagonistas, Arsen Soghomonian, un tenor di forza, algo opaco de timbre y nada exquisito, pero con poderío, y Elena Guseva, una soprano lírico-spinto de ancha resonancia. La veterana Doris Soffel será la Condesa. 1 de octubre
La traviata, de Verdi| Campoamor
Es importante resaltar en relación con este celebérrimo título verdiano que con él, por primera vez a lo largo de su historia, la ópera ovetense va a programar cinco funciones. También es preciso mencionar la presencia en un segundo reparto, que canta solo una función, de algunas voces jóvenes muy prometedoras, como la de la soprano lírico-ligera Mar Morán. El suyo es un instrumento bien timbrado, dotado de un reconocible vibrato. O el del barítono Fernando Campero, de rico metal y buena emisión. En este segundo reparto aparece también el tenor Alejandro del Cerro, de voz un tanto agreste, exenta de bellos contornos pero segurísima en la emisión. Los ya experimentados Ekaterina Bakanova y Juan Jesús Rodíguez, habitual en el Campoamor, encarnan en la distribución titular a Violetta y a Germont. El asturiano, y ya tan conocedor y seguro, Oliver Díaz estará en el foso junto a la Oviedo Filarmonía. Coro Intermezzo. Y puesta en escena, proveniente de Peralada, de Paco Azorín, que defiende en este caso una visión feminista del drama y que estos días ofrece su visión de la Medea de Luigi Cherubini en el Teatro Real. 9 de diciembre