Devendra Banhart surgió hace tres años como cabecilla de una escena de músicos que tenían varios rasgos en común: tocaban una suerte de folk con sonido contemporáneo y psicodélico, presentaban una estética hippy, les rodeaba un aura místico y, en definitiva, eran bastante raros. Eran parte de lo que se llamó New Weird América (La nueva América rara). Devendra Banhart, que había debutado en 2002 con un disco cercano al folk experimental, publicó en 2004 dos sorprendentes álbumes grabados con medios precarios. Ni Cripple Crow (2005) ni este Smokey Rolls Down Thunder Canyon que publica el próximo día 25 de septiembre logran acercarse a la magia de sus predecesores. Criado en Venezuela, Banhart ha abierto el abanico estilístico hacia el continente latinoamericano y su repertorio -ahora invadido por la samba, el reggae o los ritmos tropicales- se resiente. Le salen discos étnicos, muy próximos a la World music, estilísticamente abigarrados -en éste concretamente hay rock setentero, jazz, gospel, folk, baladas oldies- que zozobran al carecer de una unidad interna, abundar en las partes instrumentales insustanciales y dibujar paisajes oníricos lánguidos.