Nueva ópera de Haendel lanzada discográficamente. Floridante (1721) posee un texto en el que hay sexo, violencia, celos e incesto. La música en sí es aquélla que siempre se espera de Haendel, llena de encanto e ideal para una escucha relajante, con algún momento que suena ya a conocido, cosa frecuente en la época. Entre los mejores hallazgos se cuenta un precioso dúo femenino, digno de haber alcanzado la gloria. Sin embargo, la tercera obra del periodo en la Royal Academy pereció en popularidad frente al Julio Cesar de la siguiente temporada. El director Alan Curtis realiza un curioso cambio, que Haendel también empleó alternativamente, en la tesitura de dos de las voces femeninas, ya que en un principio Elvira era soprano y Rossane contralto. En este disco, la mezzo Joyce DiDonato es la primera y la soprano Sharon Rostorf-Zamir la segunda. La cantante de Kansas es, sin duda, la que más talla da, mientras que la soprano citada o Marijana Mijanovic, la protagonista Floridante, presentan debilidades e inconsistencias en algunas de sus intervenciones. No es la mejor ópera de Haendel, tampoco la mejor interpretada en disco, pero a nadie le desagradará.