Casi simultáneamente a la desaparición de Franco Corelli se publican dos álbumes que nos ofrecen una panorámica muy completa de su personalidad canora. Recogía en su día El Cultural las afirmaciones del propio tenor manifestando que hoy ningún director admitiría sus portamentos y calderones y que él había cantado pensando demasiado en el público. Todo ello es cierto, pero también que así dejaba de una pieza a la audiencia y la hacía explotar de júbilo.

Se comprueba muy especialmente en la Tosca de 1967 en Parma, teatro con uno de los públicos más "calientes" del mundo en todos los sentidos, para bien y para mal. éste llega al delirio en el final de "Recondita armonía", en el "la vita mi costasse" o en un "Vittoria" que es de lo más espectacular que se haya escuchado en vivo. Parece no tener fin. Sí, agudos con calderones para la galería, pero llega luego el "Adiós a la vida" y uno se emociona con el magistral filado del "disciogliea dai veli", muy al estilo de Fleta. Sólo por él vale oro esta Tosca.

El reparto de Forza es más homogéneo, con una muy correcta Tucci y un Bastianini cuyos dúos con Corelli resultan impactantes. Curiosamente la grabación apenas recoge las partes de Preziosilla, la obertura se cambia de lugar y sorprendentemente se incluye el segundo dúo tenor-barítono con frecuencia cortado. Para quienes gusten este repertorio y esta forma de cantarlo hay un DVD prodigioso con los propios Corelli y Bastianini, a los que se añaden nada menos que Tebaldi y Christoff.