El director valenciano Jaume Santonja. Foto: OBC

El director valenciano Jaume Santonja. Foto: OBC

Música

Jaume Santonja dinamita la Orquesta Nacional con Saint-Saëns

El director valenciano sirve un programa que ensarta dos piezas del compositor francés y recupera 'Ave verum' de María de Pablos.

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Interesante y bien urdido programa el que va a dirigir, los días 19, 20 y 21 de diciembre a la Orquesta Nacional, el valenciano Jaume Santonja (Bocairent, 1986).

Dos obras de Saint-Saëns, el no muy conocido entre nosotros Oratorio de Navidad y la monumental y espectacular Sinfonía n.º 3, que tiene al órgano como protagonista, vienen precedidas del Ave verum para coro y orquesta de la española María de Pablos (1904-1990). Lástima que esta aprovechada alumna de Nadia Boulanger y Paul Dukas terminara tan tristemente su vida en un hospital psiquiátrico.

Muy interesante se presenta esta recuperación, que será seguida de las dos obras del francés. El carácter contemplativo y sereno del oratorio, en la senda, nos dice muy bien Rafael Fernández de Larrinoa, de la música prebachiana, contrasta poderosamente con la espectacular sinfonía, sin duda influida por el juego orquestal lisztiano y una demostración de la habilidad constructiva del músico, capaz de brillar en cualquier género y de sorprender con su imaginación, desdoblada, a lo largo de sus casi 500 composiciones, en las más diversas luces.

Muchas y abundantes resplandecen en esta partitura, demostrativa de una maestría absoluta tanto desde el punto de vista formal como en el terreno de la orquestación, densa y equilibrada a partes iguales, aunque tampoco aquí, como en otros terrenos, quepa calificar de geniales, originales, verdaderamente creativos los pentagramas.

Pero no hay duda de que, si la ejecución, el impulso, la claridad expositiva son aceptables, la música nos puede levantar del asiento. Como nos levantó, en concierto ya histórico, hace décadas, en el Monumental Cinema de Madrid, el gran Charles Munch. Recuerdo de un viejo aficionado...

Es una lástima que María de Pablos, aprovechada alumna de Nadia Boulanger, terminara su vida en un psiquiátrico

La verdad es que ese finale, que comienza con un poderoso acorde del órgano de Do mayor, es electrizante. El coral de las cuerdas, que viene a continuación, es una demostración de escritura en contrapunto, en la que interviene el piano, habitualmente a cuatro manos, y que va creciendo por oleadas.

Aunque hay compases sorprendentemente serenos, que aportan un lírico contraste. El cierre es verdaderamente grandioso. El último allegro pone dinamita en toda la orquesta, reforzada por el órgano a la máxima presión. Un jubiloso do mayor, que se mantiene en todo lo alto en los últimos compases, ratifica la apoteosis. Al órgano estará el infalible Daniel Oyarzabal.

Hay que confiar en la ya reconocida buena mano de Santonja para que sepa enhebrar voces, clarificar contrapuntos y regular intensidades. No solo en la sinfonía, sino también en las otras dos obras. En las pocas ocasiones en que lo hemos visto en acción hemos comprobado su claridad de gesto, sus indicaciones justas y puntuales, su control del elemento rítmico y su habilidad concertadora.

Cualidades que se pudieron comprobar cuando dirigió a la ONE en un monográfico Dvorák hace cuatro años en la serie Descubre. No hace mucho lo pudimos seguir en el Auditorio Nacional en una sesión protagonizada por la Orquesta Joven de Andalucía. Su interpretación de La noche de los mayas de Revueltas fue notable.