La de ayer fue la última oportunidad de ver a Carolina Durante en Madrid —y además, gratis— antes de su concierto programado para enero de 2027 en el Movistar Arena. Por eso sus seguidores más entregados —y más jóvenes— esperaron hasta 8 horas pasando frío para poder estar en primera fila.
La banda está en un momento clave: próximamente tocará en Lisboa y Oporto antes de emprender en 2026 su primera gira de grandes recintos, que los llevará a Latinoamérica —Buenos Aires, Bogotá y Ciudad de México— antes de recorrer España con fechas en Sevilla, Valencia, Barcelona, A Coruña, Bilbao y culminar en el citado concierto del Movistar Arena de Madrid.
El evento de ayer fue en el Real Teatro de Retiro, nuevo nombre dado a uno de los pabellones del centro cultural Daoíz y Velarde, y se anunció como un “ensayo abierto”. Esperábamos, por tanto, ver los entresijos del proceso creativo, o al menos la rutina de trabajo, de una de las mejores bandas españolas del momento.
Pero no vimos nada de eso. En realidad fue un concierto corto, de apenas 40 minutos, sin apenas interacción entre los cuatro miembros del grupo: Diego Ibáñez (voz), Martín Vallhonrat (bajo), Juan Pedrayes (batería) y Mario del Valle (guitarra).
Lo organizaba la marca Ballantine’s, en el marco de su nuevo proyecto Open Studio. La marca lo define como “la primera sala de ensayo abierta al público”. Consiste en una gran cabina insonorizada con una pared de vidrio, que creaba la sensación de estar viendo al grupo dentro de un escaparate, mientras que el sonido salía por dos hileras verticales de altavoces.
Los miembros de Carolina Durante dentro de la cabina de ensayo
“Vaya movida, tío”, dijo Diego algo desconcertado al entrar en el cubículo y contemplar al otro lado del cristal al centenar de fans que habían conseguido entrada —y varias decenas más de invitados y prensa—.
“Esto es muy raro, y lo vamos a hacer más raro todavía”. Se refería al método de selección de canciones: aleatorio, con el infalible método de elegir sin mirar papelitos con los títulos.
La primera en salir fue "El parque de las balas", de su EP de 2020 Del horno a la boca. Diego protestó, pensando que el encargado de extraer los títulos —alguien de su equipo— se la estaba jugando. Pero salió perfecta.
Siguió "Normal", de su álbum más reciente, Elige tu propia aventura (2024). Pan comido. La tienen fresca y bien rodada. Móviles en alto hasta que hizo su aparición el primer pogo de la tarde.
Carolina Durante interpreta 'Probablemente tengas razón'
Después, regreso al pasado con "Necromántico", de su EP homónimo de 2017 (anterior a su primer y viralísimo éxito Cayetano): “A la mierda eso de ser feliz, yo lo que quiero es estar contigo…”. El azar quiso que ese trabajo se escuchara al completo, ya que también salieron elegidas sus otras dos canciones, "En verano" y "La noche de los muertos vivientes".
Seguimos viajando a los primeros años de la banda con "10", su canción dedicada a la marcha de Messi del Barça. “Esta tenemos que repasarla, que hace 200 años que no la tocamos”, anunció Diego. Se volvieron para mirarse, se dijeron dos o tres palabras fuera de micro, algún apunte sobre la tonalidad o el ritmo, y la ejecutaron limpiamente.
Regresando al presente, salió otra de su último disco, "Hamburguesas", la más emotiva de su repertorio. Una canción que habla de salir de un agujero depresivo pensando en las cosas que merecen la pena de la vida. “Porque fuera hay cosas preciosas: hamburguesas, el fútbol, mi madre, las mañanas al sol, mil canciones…”. Impecable también, y de las más disfrutadas por el público.
“Esta ni me la sé”, confesó el cantante cuando salió elegida "El himno titular", su canción más futbolera (“No me gusta que me guste el fútbol, pero qué le voy a hacer…”). Martín se tomó medio minuto para repasar la línea de bajo. Diego protestó otra vez antes de dar la orden de empezarla con un “venga va”. Era mentira, sí que se la sabía, aunque entró tarde en un estribillo obligando a sus compañeros a estirar un poco más un acorde para acomodarse a él.
Con "Joder, no sé" se despidieron del público, pero este no estaba dispuesto a irse sin al menos un bis después de haber esperado tanto tiempo a la intemperie. La gente empezó a corear insistentemente “¡Qué nos ha pasado, si no ha pasado nada!”, por lo que se vieron obligados a regresar para interpretar "Probablemente tengas razón", esa canción tan triste como perfecta que pone el broche a su último álbum.
El público, veinteañero en su mayoría, lo dio todo y se quedó sin duda con ganas de más. Se veían muchas caras eufóricas, aunque también escuchamos a uno de los asistentes decir "no sé si han merecido la pena las cuatro horas de espera...", mientras se abrigaba de nuevo para hacer frente una vez más al frío.
