Image: Dave Holland y Pepe Habichuela

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Música

Dave Holland y Pepe Habichuela

Dos maestros del jazz y del flamenco abren hoy una gira que culminará en un nuevo disco

8 mayo, 2008 02:00

Foto: Cesar Merino.

Miles Davis le señaló con el dedo a finales de los sesenta, invitándole a formar parte de la historia viva de dos discos antológicos, In a silent way y Bitches Brew. "Miles me enseñó a ser sincero conmigo mismo, a intentar buscar mi propia personalidad como músico". Desde entonces, el contrabajista Dave Holland (Wolverhampton, Inglaterra, 1946) se ha convertido en referente ineludible para entender la modernidad del género, bien sea como instrumentista, como compositor o… como gregario, ya que a su leyenda no le ha importado embarcarse este verano para escoltar a Herbie Hancock y ensanchar los márgenes musicales del homenaje que el pianista le ha dedicado a la cantante Joni Mitchell. Por su parte, José Carmona Carmona, para todos Pepe ‘Habichuela’ (Granada, 1944), es un guitarrista esencial dentro de nuestra geografía flamenca, al que pronto le veremos "pintando" el cante de Enrique Morente y sus nuevas canciones inspiradas en Pablo Picasso. Al igual que Holland, el tocaor fue elevado a los altares del jazz por otro trompetista venerable, Don Cherry, quien comentara sobre él: "Su guitarra suena como a madera, parece un árbol que llorase".

Tras un fugaz escarceo el año pasado, Dave Holland y Pepe Habichuela se citan de nuevo en la carretera y afrontan estos días la que sin duda será una de las giras de la temporada. Acompañados por otros miembros de la dinastía de los Habichuela, caso del hijo del guitarrista Josemi Carmona (Ketama), y ese percusionista con todos los ritmos que es ‘El Bandolero’, la pareja firmará su primer concierto esta noche en el Teatro Salesianos de Vigo, donde clausurará el XIII Ciclo de Jazz de la Fundación Pedro Barrié de la Maza.

Flamenco e improvisación. Posteriormente harán parada y fonda en el madrileño C.M. San Juan Evangelista (día 10) y el Mercat de les Flors de Barcelona (día 13). El peso musical del proyecto, y atendiendo a su alineación, descansará, sobre todo, en el flamenco, aunque también se prevean espacios libres para la improvisación: "El esfuerzo que este hombre ha realizado para adaptarse a mi música es algo mágico y admirable", confiesa Pepe Habichuela. "Y además sin partituras ni papeles de por medio, ¡como un auténtico flamenco!".

Los piropos entre uno y otro artista van y vienen: "Pepe es uno de los grandes maestros del flamenco, una música que a mí me fascina por toda su riqueza cultural, su alma y pasión", comenta Holland. "Es uno de los grandes géneros del siglo XX, aunque tenga una tradición centenaria y, por eso, mi máxima aspiración no es tocar lo mismo que ellos, sino sentir lo mismo que ellos. Porque todo lo que sale de la guitarra de Pepe es absolutamente sincero, visceral, y como artista muestra una dedicación enorme". El amor correspondido entre los dos músicos ha alcanzado tales cuotas de satisfacción que su próximo reto será trasladar la experiencia al disco: "Todavía no hay nada concreto, pero, sí, ya estamos hablando y discutiendo la posibilidad de grabar los temas. No hay nada definido", insiste el británico, "pero en cualquier caso será en un disco de estudio, no de directo".

Un glorioso quinteto. La génesis de esta feliz y arriesgada aventura tomó cuerpo en 2006 en los camerinos del Club de Música y Jazz San Juan Evangelista, donde Dave Holland tenía concierto junto a su glorioso quinteto, el integrado por jazzistas igualmente poderosos como el saxofonista Chris Potter, el trombonista Robin Eubanks, el vibrafonista Steve Nelson y el baterista Nate Smith. "Quería conocerle y allí me presenté casi sin avisar. Nos presentaron y desde el primer momento hubo chispa". Habichuela, que ya había demostrado que es mucho más que un flamenco al tocar música clásica hindú junto a la orquesta The Bollywood Strings y también jazz junto a otro bajista venerable, Jaco Pastorius, tenía hambre de música. Así pues, el primer aperitivo llegó al año siguiente, realizando tres poco anunciadas actuaciones por Andalucía, entre ellas la que firmaron en el ejemplar ciclo El jazz viene del sur que programa anualmente el Teatro Central de Sevilla.

La relación amorosa entre el jazz y el flamenco ha sido larga e intensa, tanto a uno como a otro lado del gran charco. Aquí han sido Jorge Pardo y Chano Domínguez quienes mejor han definido sus emociones, aunque antes ya habían fijado las bases Tete Montoliú, Pedro Iturralde y, sobre todo, el añorado José Antonio Galicia ‘El Gali’. Allí, en suelo americano, el romance tuvo como testigos a popes como Chick Corea, John Coltrane o el propio Miles Davis, con el que Holland -extrañamente- nunca llegó a hablar de flamenco, a pesar de que el trompetista había grabado ya con anterioridad su famoso álbum Sketches of Spain y temas como El concierto de Aranjuez o Flamenco Sketches. "Realmente no lo recuerdo hablándome sobre la música flamenca, pero tampoco me extraña, porque pocas veces miraba hacia atrás. Miles tenía un compromiso muy fuerte con la evolución de su música, y eso le colocaba siempre tras el hallazgo".

Breve historia de un largo quejío

Aunque las bases del jazz-flamenco se remontan hasta los años 60, no fue hasta la década de los ochenta cuando adquiriera caligrafía propia. Uno de los grupos responsables de que el jazz-flamenco alcanzara plena definición fue Dolores, con la voz y el genio de Pedro Ruy-Blas al frente. Allí también militaron José Antonio Galicia, Rubem Dantas o Jorge Pardo, quien años más tarde se uniría junto a Carles Benavent al sexteto de Paco de Lucía. La irrupción del pianista gaditano Chano Domínguez a comienzos de los 90 acabó por cerrar el círculo, contagiando este sentimiento a nuestros jazzistas. Hoy el disco 10 de Paco, firmado por Domínguez y Pardo, representa sin lugar a dudas la primera gran sublimación del jazz-flamenco.