En las próximas semanas, Venecia será el epicentro europeo de las artes escénicas. La Bienal de Teatro inicia su despliegue de espectáculos, instalaciones, conferencias y clases magistrales el día 15, prolongándose hasta el 1 de julio. La de danza, por su parte, se extenderá desde el 13 al 29 de julio. El presidente de la Bienal, Roberto Cicutto, ha advertido que, dejados atrás los tiempos duros de la pandemia, toca aumentar los recursos destinados a ambos acontecimientos, que, según sus palabras, nacieron más “para impulsar y desarrollar proyectos que para la exhibición de montajes cerrados”.

El tándem conformado por Stefano Ricci y Gianni Forte, directores artísticos del apartado teatral, suelen elegir un color representativo para cada edición. Este año han apostado por el verde esmeralda que refulge en el reino de Oz, como una aspiración a la fantasía y el prodigio. Ambos coinciden en la idea de festival como foco de “resistencia poética y política”; y del arte, la cultura y el teatro como servicio público. “La Bienal será un laboratorio hipnótico y vibrante, un destacamento de utopías heroicas y de maravillas revolucionarias”, añaden.

En esta intención se engrana la presencia de El Conde de Torrefiel. La compañía catalana estará presente en la capital véneta con La plaza. Con dramaturgia y dirección conjuntas de Tanya Beyeler y Pablo Gisbert, brinda una reflexión sobre el espacio público y el progresivo desleimiento del ser humano en él. Una obra, sostenida en un largo texto narrado en segunda persona y que se lee en sobretítulos. Un relato distópico que cada día se acerca más a la realidad.

En la sección Biennale College también estará la soprano canaria Davinia Rodríguez

En la delegación española también encontramos a Ángelica Liddell, que ‘evangelizará’ a jóvenes creadores en varias masterclasses con su credo libérrimo, airado y ritual. Lo hará en la sección Biennale College, en la que también aparece la soprano canaria Davinia Rodríguez como docente. Liddell fue en su día galardonada con el León de Plata en 2012, un reconocimiento en el que este verano le sucede FC Bergman, compañía flamenca puntera en el viejo continente, que en Het Land Nod recrea con precisión milimétrica la Sala Rubens del Museo de Bellas Artes de Amberes (en la Bienal la alzarán en una nave industrial de la zona de Marghera).

El León de Oro, por otra parte, ha ido a parar a manos Armando Punzo, que inaugura las representaciones con Naturae, encarnada por sus actores-reclusos de la cárcel de Fortezza, en la que fundó su compañía en 1988. Punzo hibrida aquí a Shakespeare con el surrealismo mágico de Borges. Otras figuras que no faltarán en esta potente edición son Romeo Castellucci con Misericordia di Venezia y Tiago Rodrigues con Catarina e a beleza de matar fascistas. En la Bienal de Danza, armada por Wayne McGregor, descollan Simoni Forti, TAO Dance Theater, Lucy Guerin, Pontus Lidberg, Andrea Peña…