Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? en la versión de Darío Facal. Foto: Daniel Alonso

Cuando se habla de Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?, no se puede evitar el recuerdo del montaje que Adolfo Marsillach estrenó en 1981 con José Sacristán y Concha Velasco. Eran tiempos convulsos, con personajes y emociones convulsas que se convirtieron en iconos de una época. Marsillach realizó con su aguda y ácida mirada un fresco sociológico que rápidamente se convertiría en un clásico de nuestra escena.



Más de treinta años después, su hija Blanca Marsillach decide volver a montarla bajo la dirección de Darío Facal, con Varela Producciones y la colaboración de la Fundación Repsol. Tras una primera representación en el Teatro La Latina con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, llega al Fernán Gómez, el próximo 22 de septiembre, protagonizada por Silvia Marty, Adam Jezierski, Adela Estévez, Antonio Lagar, Mariam Fernández y Juan Carlos Mestre. "Hemos querido darle nuestro propio enfoque -explica Blanca Marsillach a El Cultural-. Son otros tiempos y había que adaptar la obra para que todo el mundo la entendiera". Entre las novedades que se encontrará el público de 2015 es el tiempo de duración, reducido a una hora, y una cuidada selección de texto realizada por Mercedes Lezcano. "A Mercedes, que conoce a la perfección la obra de mi padre, le dimos total libertad para escoger las escenas que más le gustaran y escogió algunas de las más divertidas y vistosas. No podía dejar fuera mi favorita, la de Patapalo, que es divertidísima. También dejó otras más dramáticas a las que les hemos dado un toque muy cómico".



Para la actriz y productora la obra aguanta bien el paso del tiempo. Conserva toda su vigencia porque son temas que conoce todo el mundo: "Las parejas siguen teniendo problemas, se divorcian, se casan demasiado pronto, recuerdan sus amores de juventud... son cosas que siguen pasando".



Marsillach da así un paso más en su proyecto de teatro social (el importe íntegro de lo recaudado irá destinado a la Fundación Síndrome de West) y de su lucha por integrar a personas de distintas capacidades: "Es algo que llevaba persiguiendo desde hace tiempo. Aún queda mucho por hacer en el ámbito de la integración y desde mi compañía estamos poniendo nuestro granito de arena. Me gustaría poder hacer algo parecido a la Compañía Nacional de Teatro Clásico que hizo mi padre, pero para eso aún nos queda mucho".



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