Image: La ópera atómica de Adams

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Escenarios

La ópera atómica de Adams

13 marzo, 2015 01:00

Montaje de Doctor Atomic de Yuval Sharon que podrá verse en el Teatro de la Maestranza. Foto: Badisches Staatstheater Karlsruhe

Hoy tiene lugar en nuestro país un acontecimiento musical importante: el estreno en el Teatro de la Maestranza de Sevilla de la ópera Doctor Atomic de John Adams, músico sólido, magnífico orquestador, que sabe otorgar siempre a sus creaciones algo muy raro: amenidad. Tanto en la parcela sinfónica y de cámara, como en la operística. De raíz minimalista, su música, que no desdeña lo tonal, se caracteriza por un sagaz sentido rítmico, una sabia aplicación de la variación continua, un manejo muy expresivo del ostinato, una elaboración contrapuntística de primer orden y una sorprendente paleta tímbrica.

Trabaja la faceta melódica con originalidad. Su Harmonielehre de 1985 plantea disonancias y conexiones wagnerianas a través del tejido parsifaliano del segundo movimiento. Nos remite a nombres como los de Sibelius y Mahler. Lo anterior sirve para situar estilísticamente al autor norteamericano y para dar unas pinceladas acerca de esta Doctor Atomic, nacida en 2004 sobre un libreto del director de escena Peter Sellars, autor ya de otra famosa ópera de Adams, Nixon en China.

El estreno tuvo lugar en San Francisco el 1 de octubre de 2005. La acción se localiza, durante el verano de 1945, en Los Alamos y Alamogordo, Nuevo Mexico. El protagonista es el padre de la bomba atómica, Robert Oppenheimer. Sellars se inspiró en documentos militares y correspondencia privada. Puede decirse que la partitura, sobre las bases antedichas, es eminentemente ecléctica. Adams combina, con su técnica habitual, células minimalistas con episodios sinfónicos monumentales que respiran un romanticismo fuera de época. Lo repetitivo se superpone a lo cambiante.

En lo vocal se establecen alternancias entre los reflexivos solos de Oppenheimer, que recita -idea del siempre estrambótico Sellars- poemas de Baudelaire o John Donne, y partes más o menos sincopadas. No faltan, por supuesto, las escenas líricas, como las que interpretan el sabio y su esposa. De mano maestra está trazada la tensa secuencia que narra los minutos previos a la explosión.

La Maestranza y su director musical, Pedro Halffter vuelven a ofrecer un título que es estreno en España. El director sabe aplicar en ellos criterios firmes. Se pone en escena una espectacular producción llegada de Karlsruhe con la firma de Yuval Sharon. Oppenheimer es el barítono Lee Poulis, premiado en el Viñas en 2008, y su mujer, Jessica Rivera. Los conjuntos estables del Teatro son adecuados soportes. Y, justamente, del seno de uno de ellos, la Orquesta, surgen los cuatro instrumentistas (Crambes, Díaz, Irelands y Talbot) que, conformando un cuarteto de cuerda, le pusieron adecuado pórtico, el día 8, dentro del habitual ciclo de música de cámara, al acontecimiento. Sesión preparatoria con partituras de Steve Reich, George Crumb y del propio John Adams.