Michael Haneke.

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A la misma hora que arrancaba en el Congreso de los Diputados el debate sobre el estado de la nación el Círculo de Bellas Arts (CBA) hacía entrega, cuatro manzanas más abajo, de su Medalla de Oro a Michael Haneke (Múnich, 1942). El director y guionista austriaco no había sido convocado en Madrid a propósito del premio ni de su última película, Amour, sino para ultimar los detalles del montaje de Così fan tutte que le ha encargado Gerard Mortier para la temporada del Teatro Real. Se antoja oportuno el paralelismo entre ambas comparecencias, la política y la cultural, si tenemos en cuenta que la ópera de Mozart se estrena el próximo sábado, 23-F, y que Haneke es un experto golpista de la condición humana y del universo de la familia desde que en 1974 estrenara para la televisión alemana ...Und was Kommt Danach?, esto es, ¿Y qué viene después?

Lo que acontece después es un cineasta que, entre su debut en las salas con El séptimo continente y su recién estrenada Amour, ha perseverado en un cine "perturbador e inquietante", según Juan Miguel Hernández León, presidente del CBA, "que siempre ha entendido el público como destinatario inteligente". Suscribían sus palabras los incondicionales seguidores del cineasta, que han puesto a prueba el aforo de la Sala de Columnas con una nube espesa de flashes y peticiones de autógrafo. "Con el paso de los años hemos podido comprobar que la Medalla de Oro, dignificada por el nombre de quienes la poseen, es la premonición de otros grandes premios internacionales", ha dicho en alusión a las cinco candidaturas con las que Amour competirá en la ceremonia de los Oscar este domingo. "Le deseamos lo mejor".

Abriéndose paso entre los aplausos y las cámaras, Haneke ha subido al escenario con gestos de agradecimiento y sin disimular su natural timidez "por tan caluroso recibimiento". En alemán, ha querido disculpar al gremio de cineastas, "que pocas veces tienen tiempo de conocer las ciudades que visitan más allá de los aledaños del hotel y del set de rodaje". Y ha reconocido los méritos de Mortier en la producción de Cosí fan tutte, su segunda aventura operística tras foguearse como director de escena en la Ópera de París (2006) con Don Giovanni, también de Mozart. "Después de haber visitado el Museo del Prado, tengo que decir que el verdadero premio es recibir un premio en España, un país de cultura".

Tras la intervención, Mortier ha recordado que el Teatro Real pondrá a disposición de los estudiantes y menores de 30 años un cupo de entradas del último minuto (con descuentos de hasta el 90%), para luego dar paso a los tres clarinetistas que han interpretado el Divertimento n° 1 KV 439b de Mozart, compositor fetiche de Haneke, al que el Cine Estudio del CBA dedica su próximo ciclo, desde mañana y hasta el 10 de marzo.