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Cine

'Mank', de David Fincher, mejor película internacional de 2020

Netflix copa los dos primeros puestos con los trabajos de David Fincher y Josh y Benny Safdie. Les acompañan una joya indie, un filme tan libre como romántico y un ejercicio de empatía firmado por el maestro Pedro Costa

24 diciembre, 2020 09:57

Mank

David Fincher

La grandeza de Fincher crece en este filme sobre cómo Herman J.Mankiewicz (un Gary Oldman inconmensurable) pergeñó el guion de Ciudadano Kane. La premisa es el señuelo sobre el que sumar capas de prospección histórica, un juego de espejos de transiciones y flujo líquido, mercurial, que conforma un paisaje, un espíritu y una estética con cuerpo de documento. Un lugar fuera de este mundo. Cine con mayúsculas.

Diamantes en bruto

Josh y Benny Safdie

Los hermanos Safdie, verdaderos outsiders de América, llevan hasta el paroxismo toda su poética en un filme en el que el centro gravitatorio es Adam Sandler, en la piel de un volcánico joyero judío, ludópata y con problemas emocionales. La historia, extremadamente frenética y agresiva, incluso ruidosa, nos golpea. Hay en todo ello nervio y pasión. Sí, un diamante en bruto.

Martin Eden

Pietro Marcello

Pietro Marcello se enfrenta a las convenciones del lenguaje cinematográfico y, al mismo tiempo, exprime todas sus posibilidades en la adaptación de la novela autobiográfica de Jack London. Un filme libérrimo en el que reina el anacronismo, pero que también se disfruta desde un romanticismo que conecta con el cine clásico. Superlativo trabajo del actor Luca Marinelli.

Nunca, casi nunca, a veces, siempre

Eliza Hittman

Dirigida con carácter y sensibilidad, el filme trata sobre el aborto intencionado de una joven de 17 años. Eliza Hittman encuentra el modo de tratar un tema delicado, poroso a todo tipo de clichés moralistas y dramáticos, sin caer en
ninguno de ellos. Una historia de aprendizaje que confluye con una hermosa crónica de fraternidad femenina.

Vitalina Varela

Pedro Costa

Ganadora en Locarno, la película narra la historia de una campesina caboverdiana que llega a Lisboa para asistir al funeral de su marido, que se marchó a Portugal para buscar trabajo 25 años antes. Un paso más del maestro Pedro Costa en la consolidación de una estética que ahonda en el tenebrismo y el claroscuro a partir de la tecnología digital y que ofrece una mirada empática hacia los desfavorecidos.