Sin tomar de manera explícita una postura moral (aunque esta flota por toda la película con aire de sorna), el cineasta austríaco Ulrich Seidl ha retratado en Safari la afición de los cazadores europeos que gastan sus vacaciones y su dinero viajando a África para matar animales salvajes. Los turistas esperan entre los arbustos, acechando las presas. Disparan, gritan de emoción y posan con los animales que han cazado. El documental se presentó fuera de competición en la última Mostra de Venecia, en la sección oficial del Festival de Sevilla, Zinebi de Bilbao y Cineuropa de Santiago de Compostela, así como en Cineteca Madrid, que lo repone a partir de este viernes 17.

Nacido en Viena en 1952, uno de los mayores provocadores del cine europeo contemporáneo ha levantado ampollas retratando, con un velado sentido del humor, las miserias de sus compatriotas austríacos. Inició su carrera con los documentales Good News, Animal Love y Models, todos ellos galardonados en diversos festivales. En 2012 estrenó su aclamada trilogía Paraíso, compuesta por las películas Fe, Esperanza y Amor.