Un fotograma de Paranormal Activity.

Marta Caballero
La historia comienza con un puñado de dólares, 11.000, en concreto. O lo que es lo mismo, una cantidad irrisoria para hacer cine en estos días. Pero la historia termina con millones de dólares -hasta el viernes, más de 100 en Estados Unidos y subiendo- desde que se estrenó hace unas semanas. La historia de este filme es paranormal, como su título, como su guión, pero ha demostrado una verdad como un puño: que las buenas ideas aliñadas con la publicidad adecuada pueden prescindir de sumas millonarias.

Es la trayectoria de Paranormal Activity, la película del desconocido Oren Peli que, rodada con una sola cámara, ha logrado asustar, inquietar e intrigar a miles de espectadores. La clave, contar con una cámara casera la historia de una pareja asombrosamente normal y magistralmente interpretada por Katie Featherston y Micah Sloat que sufre en su casa una serie de fenómenos extraños. Y hasta aquí podemos leer. Quizá algo lenta, rodada en un solo escenario, pero maestra en la pulsión escópica, Paranomal activity fomenta una inquietud constante bajo una atmósfera de absoluta naturalidad y de terror contenido digno del cine clásico.

De éxito similar al de El proyecto de la bruja de Blair (salvando las distancias, porque la capacidad de asombro del espectador ante la publicidad viral y la cámara al hombro ya es menor que hace 10 años), la cinta llega ahora a España con una curiosa estrategia de promoción: será la primera vez en la que en este país sean los espectadores quienes decidan si finalmente se estrena o no. A través de la web española www.paranormal-lapelicula.com, el público puede pedir el estreno en su ciudad. Si la cifra supera las 200.000 personas, la aclamada trama que tanta curiosidad ha despertado podrá visionarse en toda España. Adicionalmente, la red social Facebook ha desarrollado una aplicación viral específica para esta película, donde los usuarios se verán junto a sus contactos viviendo "una actividad paranormal", anuncia la web.