Formado cinematográficamente en Estados Unidos, Ziad Doueiri ha elegido volver a sus orígenes en su primer largometraje. Nacido en el Líbano, vivió en primera fila la guerra civil de su país. Pero el director no ha querido hacer una crónica trágica del conflicto. Visto desde los ojos de un adolescente, una visión recurrente en otras películas, la guerra se convierte en un magnífico campo de experimentación para unos seres humanos que se abren a la vida en un momento en que sólo parece que haya muerte. Así, sus personajes se mueven entre los escombros con las típicas preocupaciones de los chicos de su edad: descubrir los enigmas del sexo y meterse de cabeza en todas las aventuras que se les crucen en el camino. Con un estilo sencillo y mucho humor estratégicamente dosificado, Doueiri nos explica lo que fue para él vivir en una zona de guerra. Tampoco se ahorra las sensaciones que perciben los personajes sobre el conflicto, que les termina influyendo como a todos, pero su visión es definitivamente optimista. No minimiza el dolor, pero tampoco lo sobredimensiona, sólo refleja la pluralidad de la existencia y el discurrir cotidiano en el que se alternan las penas con las alegrías. Estimable opera prima, "West Beirut" es una invitación a la tolerancia aún en los peores momentos.