Los fenómenos atmosféricos extremos son un recordatorio constante de la perentoriedad de la urgencia climática. La sociedad española, al igual que el resto de sociedad occidental, está firmemente concienciada en la necesidad de ir cambiando nuestros hábitos para llegar, de forma paulatina, a los objetivos del Acuerdo de París. Principalmente, contener el ascenso global de las temperaturas a los 2 grados centígrados por encima de los parámetros previos a la Revolución Industrial y, preferiblemente, hacerlo en 1,5 grados.

Una buena parte de los esfuerzos están siendo destinados a extender la tecnología de las energías renovables, ampliar sus capacidades y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, todo sin alterar de manera significativa la producción de alimentos. Los enormes desafíos propuestos por el Acuerdo de París encontrarán parte de respuesta en la innovación tecnológica, pero también en la forma en la que usamos los recursos disponibles.

La economía circular surge en contraposición al modelo de economía lineal que tradicionalmente se ha llevado a cabo. En él, el flujo natural de los materiales era el siguiente: recurso-producto-residuos. En el modelo de economía circular el flujo es transformado para adoptar el siguiente esquema: recurso-producto-recurso reciclado. La clave es encontrar una segunda vida a los productos, ya sea cambiando por completo su función o reacondicionándolos para ponerlos otra vez en el mercado y que otra persona de la comunidad pueda seguir dándole uso.

El objetivo primordial es aumentar exponencialmente la productividad de los recursos al extender la vida útil de los productos creados a partir de los materiales. Según la definición de la Ellen MacArthur Foundation, la economía circular es una economía industrial que es restaurativa y regenerativa por diseño y valor. Este profundo cambio de paradigma no afecta, sin embargo, al objetivo empresarial de conseguir el máximo beneficio posible, sino que ayuda a alinear el rumbo de las empresas con las expectativas de una población y unos consumidores de productos cada vez más concienciados con la sostenibilidad del planeta.

Foto: Matt Seymour

Al mismo tiempo, alejarse de formas de producción lineales puede con frecuencia conducir al desarrollo de nuevas habilidades distintivas a lo largo de la cadena de valor y, en última instancia, a beneficios superiores que reducen gastos, mejoran la eficiencia y cumplen con las regulaciones más estrictas. Los principios de la economía circular se pueden aplicar a una multitud de sectores.

Para escalar la economía circular, resulta clave la implementación de una estrategia digital, particularmente tecnologías como el Internet de las Cosas, Big Data, Inteligencia Artificial o Blockchain. El Green Deal europeo, aprobado en 2020 para hacer a la Unión Europea neutral en su huella de carbono para 2050, lo destaca con entusiasmo. El uso de los datos se vuelve fundamental para maximizar las oportunidades de ahorro de recursos, tanto en funcionalidad como en intensidad.

¿Cómo se aplican todos estos principios de economía circular al mundo de los videojuegos? Cada vez son más las iniciativas, desde el uso de embalajes ecosostenibles a invertir de manera agresiva en innovación y desarrollo para mejorar la eficiencia energética. Un buen ejemplo es el de la industria del videojuego, donde se están tomando medidas como las de la cadena de tiendas especializadas GAME, impulsando una segunda vida de las consolas PlayStation 4 en todos sus modelos: la más poderosa PlayStation 4 Pro, la PlayStation 4 con 1 terabyte de disco duro y la PlayStation 4 con 500 gigabytes.

GAME ofrece hasta 200 euros por una PlayStation 4 Pro

Por el primer modelo, GAME ofrece hasta 200 euros; por el segundo hasta 180 y por el tercero hasta 160 euros. Cualquier interesado en acogerse a la iniciativa puede desplazarse a cualquiera de los centros GAME, localizaciones que se pueden consultar fácilmente en su página web. Los empleados de GAME se encargan de todo en su condición de intermediarios. Se aseguran de que las consolas estén en perfecto estado de conservación, revisando a fondo el dispositivo y poniendo a prueba todas sus funcionalidades para que el próximo propietario de la consola tenga todas las garantías.

El desafío del reciclaje

Darles una segunda vida a muchas consolas para participar de la economía circular es una manera de ser responsable con el medio ambiente. El mundo tecnológico siempre ha tenido en el reciclaje y la reutilización uno de sus principales desafíos. No siempre se han hecho las cosas bien, pero ahora las principales empresas del sector están concienciadas, al igual que los consumidores, de la importancia que tiene cambiar el chip con estos temas y participar de manera activa en dinámicas más respetuosas con nuestro entorno. Según la Ellen MacArthur Foundation, las oportunidades en la electrónica de consumo son enormes, sobre todo en estas tareas de reacondicionamiento de dispositivos.

PlayStation 4 es una de las consolas más vendidas de la historia y posee una librería de títulos absolutamente icónica que todavía sigue aumentando. Es una manera perfecta para iniciarse en este mundo en los meses de verano, aprovechando las horas muertas para descubrir universos maravillosos al mismo tiempo que contribuimos, por pequeña que sea la forma, a la sostenibilidad del planeta.