Convento de Santa Clara, Valencia 1939-1942, 2010

Escuelas, hospitales, conventos, monasterios, plazas de toros, cuarteles y cárceles son algunos de los edificios en los que Ana Teresa Ortega (Valencia, 1952) ha fijado el objetivo de su cámara. Este amplio catálogo de edificaciones que conviven con panorámicas de espacios naturales, en apariencia, no llaman especialmente la atención. Se trata, más bien, de fotografías identificables porque representan una tipología de espacios de nuestro entorno. Los encuadres, la composición y el tratamiento de la luz y del color redundan en la idea de repetición de unas mismas secuencias. Por otra parte, la ausencia del ser humano, la objetivación y la frialdad descriptiva de los lugares hacen palpable el papel de la imagen como documento. Estas estrategias que tomaron Bern y Hilla Becher de la fotografía aplicada de finales del siglo XIX, y que han puesto de actualidad numerosos artistas, resultan particularmente efectivas en este trabajo de Ana Teresa Ortega.

El proyecto Cartografías silenciadas obedece a una ardua investigación llevada a cabo por la artista para dar visibilidad a los espacios más emblemáticos de la represión franquista durante la Guerra Civil y la posguerra, coincidiendo con la apertura y cierre de los mismos. Así, pese a la homogeneidad que presentan las fotografías, cada una de ellas se muestra marcada por la memoria de una represión que, vista desde la imagen actual del lugar, fuera de este contexto, aparecería velada, aún cuando a todos nos suena ese silencio de fondo.