The captain’s rest, 2004

Esta exposición antológica describe el itinerario de Ramiro Fernàndez Saus desde 1985 hasta la actualidad. Su obra ha ido evolucionando en los últimos años hacia una pintura inspirada en los exvotos, de sabor popular e ingenuista, y tremendamente sentimental. Pero se trata de otra faceta de un romanticismo desbocado que ya se manifestaba en sus primeras etapas. La contribución más importante de la exposición ha sido transformar los salones de una antigua casa burguesa de 1860 -prácticamente intacta- en un gabinete de pintura. Los salones decimonónicos, con su olor a rancio, sus muebles y espejos dorados, sus terciopelos apolillados, se han convertido en el escenario de las pinturas de Ramiro Fernàndez Saus. él mismo calificaba esta intervención como un "cuadro hecho realidad", una ambición -la de recrear un ambiente y una historia con sus pinturas- a la que siempre había aspirado. Esta escenografía, el diálogo de la pintura de Ramiro Fernàndez Saus con unas estancias del XIX, es la expresión de la "casa del deseo" y, como aquellos teatrillos de cartón o una casa de muñecas, un espacio para la fabulación. El mundo que evocan las pinturas naïves de Ramiro Fernàndez Saus es de una nostalgia y una ternura infinitas, pero también las salas de este museo de cera -la casa decimonónica- son pura melancolía, evocación de un pasado perdido. Y éste es en definitiva el universo del pintor: las fábulas que nos cuenta no son otras que las de una infancia lejana, las de un tiempo pasado, las de una ensoñación en la distancia… Y, entre ellas, la más importante es la fábula de la pintura: una manera de contemplar el mundo que, como aquella mansión burguesa deshabitada, se está extinguiendo… En lo más profundo de la obra Ramiro Fernàndez Saus late la nostalgia de la pintura.