Comisariada por Juan Luis Moraza, esta muestra está recorrida por el imperativo ecológico y ético: vivir mejor con menos. Dado que es insostenible el modelo de desarrollo basado en la racionalidad capitalista que confía en que los recursos naturales son inagotables, la impugnación al mismo viene sostenida por postulados y acciones políticas y artísticas.

Este anhelo crítico y poético se manifiesta en la trayectoria de esta artista que fue profesora de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, donde se licenció. Vuelve ahora a Bilbao, donde vivió muchos años antes de instalarse en Madrid, con este proyecto de madurez en el que reúne piezas e instalaciones a lo largo de cuatro salas.

[Bene Bergado y Rosalía Banet, el peligroso arte de comer]

Destaca la instalación Tierra quemada (2023) producida por el centro, donde constela un conjunto de significaciones de índole diversa: una torre de transmisión eléctrica caída y fragmentada sirve para cobijar objetos, precarios y vitales, fundidos en bronce y que devienen índices de otra vida por venir: maletas, sacos de dormir, zapatos, maquetas, contenedores…

La torre remite asimismo a la memoria de su padre, fallecido recientemente y extrabajador de Iberdrola. Y cómo obviarlo, están las reminiscencias asociadas a las torres como emblemas tecnológicos, monumentales y artísticos. Esta instalación condensa esas formas críticas presentes en su trabajo, donde el desvío irónico establece conexiones con lo real y lo imaginario.

'Batería' (2023), de Bene Bergado, en Azkuna Zentroa

Otra instalación formidable es Batería (2023): una estantería industrial de 20 metros de largo en la que se apilan obras, materiales, instalaciones, documentaciones desde los años 90 hasta la actualidad. Compendia, en una suerte de archivo precario y por rehacer, piezas que serán la matriz de nuevas propuestas.

Lo producido puede reelaborase. Así, procesos anteriores como sus trampas de la serie Habitats (2015), unos huevos realizados con resina (desbancados de la peana convencional) y que contienen restos de su propia producción, sacos de dormir, jaulas... Estas cobijan piezas, publicaciones relacionadas con el pensamiento crítico y ecologista, formas vegetales fundidas en bronce y un sinfín de elementos constituyen un dispositivo para nuevas puestas en forma.

Diríase que su taller se desplaza a la sala y expone una coexistencia de tiempos, procesos y materiales que darán forma a nuevas configuraciones escultóricas, estéticas y críticas. La ironía en su despliegue artístico y político se manifiesta también en la instalación Encuentro y ornamento, y en su videoproyección Prospecto (2016).

Bene Bergado Vacío Estudio

Escultura y realidad

Bene Bergado (Salamanca, 1963) analiza nuestra manera de estar en el mundo con esculturas e instalaciones que juegan con los sutiles límites que separan la realidad de la representación. Su trabajo se ha revisado en exposiciones individuales en el MUSAC de León (Persona, 2016) o, más recientemente, en la Sala Alcalá 31 de Madrid (Irreversible, 2021) y en Espacio Mínimo, su galería.