Manuel Borja-Villel frente al Guernica de Picasso, icono del Reina Sofía. Foto: Bernardo Díaz

Para celebrar los 80 años de la realización del icónico mural, el museo prepara una importante muestra. | Manuel Borja-Villel hace un balance positivo de 2015 y anuncia las exposiciones del año que viene.

Manuel Borja-Villel ha hecho un balance positivo de este 2015 a punto de cerrar. Los visitantes a día de hoy casi igualan la cifra mítica de 2013 (ya supera los 3 millones) cuando la exposición de Dalí hizo que el museo batiera todos los récords con 3.184.640 personas, con lo que es probable que se alcance o se supere antes de cerrar el año. Los ingresos propios han supuesto 9,5 millones de euros, casi el 30% del total del presupuesto que se eleva a 35,7 millones de euros, un millón más para 2016. La colección y otras exposiciones viajan más nunca logrando un millón más de visitantes con estas itinerancias. Aumentan también las concesiones y el alquiler de salas. El trabajo en red se ha intensificado lo que permite, como dice el director, "compartir gastos y conocimiento".

Se podría decir, quizá con prudencia porque todavía queda mucho por hacer, que el Reina cierra uno de los mejores ejercicios de los últimos años. Y más si tenemos en cuenta que la sede norteamericana de la Fundación del Reina Sofía, tal y como adelantaba Borja-Villel en la Master Class organizada por El Cultural, ya está en marcha y el museo ha recibido la primera donación por esa vía.

Todo parece por ahora darle la razón al director cuando hablaba de diversificar públicos y de unir a muchas minorías para llenar el museo. Aunque no todo han sido exposiciones minoritarias: la muestra de las obras maestras del Kunstmuseum Basel ha ayudado seguro a aumentar estas cifras. Una muestra que parece haber combinado a la perfección con las de Daniel García Andújar, Hito Steyerl o Nasreen Mohamedi, exposiciones quizá más minoritarias que han sumado públicos diversos al museo.

Las exposiones que vienen

En cuanto al futuro, la investigación de Dolores Jiménez-Blanco en torno al arte español de la posguerra será una de las exposiciones del primer trimestre del año. En abril se inaugurará Campo Cerrado, que toma su título de la novela de Max Aub y que propone revisar el arte español durante los años 40 con obras del propio Aub, Joan Brossa, Capa, Chillida, Dalí, Maruja Mallo, Millares, Palazuelo, Tàpies y muchos otros.

Como representante de las vanguardias tendremos retrospectiva del pintor cubano Wifredo Lam (1902-1982)en abril, coproducida con el Pompidou; la exposición del mexicano Damián Ortega (1967)en el Palacio de Cristal (la primera en España); retrospectiva también de Txomin Badiola (Bilbao, 1957), con una gran muestra después del verano en el Palacio de Velázquez. Y, ya en octubre de 2016, una de las exposiciones seguro que más deseadas por el director que trae al museo a uno de sus artistas y teóricos de cabecera: Marcel Broodthaers (Bélgica, 1921-Alemania, 1976) podrá verse en Sabatini en una muestra organizada junto al MoMA de Nueva York.

También en otoño, habrá nueva presentación de la colección del museo con los años más actuales como protagonistas. Arte contemporáneo de 2001 a 2015, con las últimas adquisiciones y donaciones realizadas al Reina Sofía, obras la mayoría, que se mostrarán al público por primera vez y que tienen la voluntad de intentar comprender el momento actual: la modernidad como pasado, la estética de lo común, la importancia de la calle serán los ejes.

Y para 2017, anuncia Borja-Villel que ya están trabajando en una gran exposición que celebre los 80 años del Guernica, pintado entre mayo y junio de 1937. La muestra, con préstamos de los Museo Picasso y de la familia del pintor, quiere mostrar al artista antes y después de la realización del gran mural para el Pabellón de la República, una pintura que, según el director, "marca un punto de inflexión en la obra de Picasso que deja el interior de sus cuadros anteriores para salir al espacio público, a la ciudad". La exposición contará también los muchos viajes del Guernica que llegó de Nueva York a España en 1981, para instalarse en el Museo del Prado y acabar el viaje en el Reina Sofía hace 25.

@PaulaAchiaga