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El último culebrón institucional de Barcelona ya está resuelto. El suizo Moritz Küng (Lucerna, 1961) ha sido designado por unanimidad director del Canódromo de Barcelona, el centro de arte que vendrá a enriquecer la escena de las artes visuales de Barcelona, ciudad que cuenta ya con un buen puñado de instituciones dedicadas al arte contemporáneo, más allá del mayor o menor éxito de sus programaciones. Küng viene de dirigir el departamento de arquitectura en DeSingel, un centro en Amberes centrado fundamentalmente en el teatro, la danza, la arquitectura y la música. Es, posiblemente, la experiencia de Küng en un centro tan multidisciplinar de DeSingel, lo que ha podido convencer al jurado internacional de este Canódromo barcelonés, que dirigirá sus ambiciones a ensanchar el espectro de la cultura contemporánea y no centrarse en las artes visuales, cuyas expectativas ya cubren otros centros de la ciudad. Había mucha expectación por saber el resultado de las deliberaciones del jurado pues eran muchos los profesionales que se habían presentado al concurso.

Había una intención de dar al centro un sesgo internacional y de alejarse de la terna de nombres habituales del contexto barcelonés. Fueron 44 las candidaturas que optaban a la dirección, de las cuales 22 eran internacionales y otras 22 españolas, de las cuales había 18 catalanas y sólo 4 del resto de España. El jurado, sorprendente para muchos, estaba formado por la periodista Roberta Bosco, la crítica y comisaria Pilar Parcerisas, el director del EspaiZero de Olot David Santaeuralia, el artista Jordi Colomer, Rosa Pera, directora del Centro de Arte Contemporáneo de Gerona, Dirk Snauwaert, director del Centro de Arte Contemporáneo de Wiels, Bruselas, y Teresa Velázquez, reponsable de exposiciones del MNCARS.