Tras un primer vistazo, el visitante que contemple las piezas que Cruz Novillo (Cuenca, 1936) presenta en la galería Aele pensará que se trata de otra variación sobre el problema que le ha mantenido ocupado durante varias décadas. Esto es, partiendo de una conciencia minimal y, desde luego, claramente conceptual, la representación de las relaciones entre los colores y las formas, sus métodos combinatorios y la progresiva conjunción modular de elementos en un ejercicio de agrupaciones y asociaciones donde número y símbolo quedan estrechamente unidos. En esta exposición, sin embargo, Cruz Novillo va un punto más allá al presentar un proyecto que llevaba tiempo macerando. Una leve música de piano de fondo es utilizada para entablar un intenso diálogo entre color y música. Una estructura sencilla de corte minimalista que sirve de soporte para desarrollar las diferentes, e innumerables, opciones de combinación de la tabla de colores del espectro. éstas se relacionan inmediatamente con sus Diafragmas, en los que el artista investiga, mediante la división de las formas geométricas básicas y su posterior combinación cromática (también dispone fotografías y objetos variados), las diferentes vías y posibilidades asociativas del color y el número, la forma o el símbolo.