Ilustración: Ulises

A Arcadi Espada hay que leerlo siempre. En el periódico y en sus libros. Estos días se reedita su libro de 1997 Contra Catalunya (Ariel), al que solo ha añadido un postfacio. Han pasado 21 años, y la vida sigue igual.

¿Qué libro tiene entre manos?

El orden del tiempo, de Carlo Rovelli.



¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?

El creer que estoy perdiendo el tiempo con él.



¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?

Una tertulia. Con Camba, Chaves, Gaziel y Pla.



¿Qué se imagina que escribirían de la España de hoy?

Algo sin duda mucho menos dramático de lo que escribieron sobre la España de ayer.



¿Recuerda el primer libro que leyó?

No. Pero recuerdo el primero sobre el que eyaculé: Papillon.



¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche...?

Tableta en casa y papel al aire libre. Leo libros después de comer y después de cenar.



Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.

Leer La Tabla Rasa de Steven Pinker.



En el Postfacio (que no "Postfascio") de Contra Catalunya explica usted que su libro fue un presagio que advertía "de la catástrofe moral y política que se iba a desencadenar": ¿la realidad ha sido peor?

No. La realidad de ahora es la realidad de entonces. Solo que con Messi.



De todas las mentiras que denunciaba en el libro, ¿cuál era la más grave? ¿Alguna actual comparable?

Este libro solo cuenta mentiras. Derivadas de la mentira básica del nacionalismo, que dice: "Yo llegué aquí antes que tú y tengo más derechos que tú".



¿Es el nacionalismo la única amenaza del sueño europeo, o hay más?

Hay otra: la corrección política que ha contribuido a traer a indeseables como Salvini.



Su libro ha sido premonitorio. ¿Cómo vislumbra la España de 2030?

Debatiendo sobre Francisco Franco.



¿Hay algo en la vida que le guste más que provocar?

Yo no soy una fulana, señora mía.



¿De qué libro de la historia universal le hubiera gustado ser autor?

La caída de París, de Herbert Lottman.



¿Qué han ganado y qué perdido los medios tradicionales con las redes?

Han perdido el negocio y han ganado la vanidad.



¿Tiene claro ya dónde termina la realidad y dónde comienza la ficción?

Yo lo tuve siempre claro. Son otros los que están siguiendo ahora un curso acelerado.



¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?

Es verdad que el paso del tiempo añade emoción a las obras, pero los forcejeos de los contemporáneos por hacerse un lugar en el tiempo también tienen una plusvalía de emoción.



De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

Vermeer (pasado por Leonard Giovannini).



¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?

Me importa y me sirve. Por desgracia es un oficio muy minoritario.



¿A qué personaje histórico admira más?

A Darwin.



¿Qué música escucha en casa?

Solo escucho música que ya haya escuchado, con preferencia por las canciones sentimentales.



¿Es usted de los que recela del cine español?

Más bien el cine español recela de mí.



¿Le gusta España? Denos sus razones.

Me gusta la comida española más que ninguna del mundo. Y aprecio la libertad con la que se vive. Pero la discusión pública es de mala calidad.



Déjenos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país. Rebajar la influencia de la ficción. Nacionalista, religiosa y literaria.