Un fotograma de Messi

Alex de la Iglesia trata de descifrar en un documental la personalidad de uno de los ídolos de masas más esquivos, el futbolista del F.C. Barcelona Leo Messi

No deja de ser curioso este proyecto sobre el astro futbolístico Messi firmado por el ínclito Alex de la Iglesia, al que de entrada sorprende un poco ver metido en un proyecto como éste aunque quizá sea porque Messi es "grande" y de la Iglesia también. Una biografía, en este caso más bien casi una hagiografía, de una persona tan joven como Messi, tiene 27 años, muy bien aprovechados, pero 27, se hace rara pero también tiene una virtud inapelable, todos los testigos están más que vivos y coleando, los recuerdos son recientísimos y permite ver una cosa interesante, cómo viven y reaccionan los amigos de la infancia de un barrio de clase media-baja de Argentina ante el éxito rotundo y apoteósico de uno de los hombres más famosos (y ricos) del mundo. Messi, además, tiene su miga porque es difícil imaginar a un ídolo menos ídolo, tímido, serio y concienzudo, el del Barça es un dechado de discreción y "normalidad" y solo sus problemas con el fisco han puesto una nota de escándalo en una trayectoria marcada por la discreción más absoluta.



A De la Iglesia lo que más le interesa de su protagonista es su infancia y buena parte de la película tiene que ver con esos años en los que la "pulga" era un renacuajo que dejaba asombrados a sus jóvenes compañeros en correrías futbolísticas como a los adultos aunque su escasa altura y su cuerpo más bien raquítico despertaban serias dudas sobre su futuro como jugador profesional, ya no digamos como leyenda del deporte. De esta manera Messi es una película deportiva clásica hasta el tuétano en la que vemos la historia del chico que supera todas las dificultades (incluidas las económicas gracias al sacrificio de su familia para comprarle una cara medicación para favorecer su crecimiento) y logra proezas jamás imaginadas, como en los mejores cuentos, este es el triunfo de la virtud y el esfuerzo por encima de todo.



En este documental no hay lugar a la crítica. No es que sea un canto épico a las gestas de su héroe porque mantiene un tono reposado y más cálido que epopéyico (los participantes están reunidos en diversas mesas del mismo restaurante para hablar del ídolo) pero De la Iglesia evita deliberadamente los aspectos oscuros del astro (de los líos con el fisco se pasa de puntillas y de su vida íntima apenas hay alguna pincelada y se habla poco de la relación distante que mantienen muchos argentinos con su ídolo "español" como nos contaba en verano la revista del New York Times) para centrarse en los diversos pasos, algunos de ellos tan fortuitos como toda historia de éxito siempre lo es, que jalonan la senda de un triunfo insospechado. La película se ve con gusto y uno descubre aspectos simpáticos e interesantes de una indiscutible gran personalidad de nuestro tiempo, al final uno de todos modos echa de menos saber un poco más de ese Messi huidizo al que tenemos la sensación de no conocer apenas. Aunque quizá el misterio es la falta de misterio y Messi es tal cual: sencillo, trabajador, luchador y discreto. Puede ser.