Ilustración: Ulises

Hijo de palestino y española, cantautor y poeta, Marwan (Madrid, 1979) no descansa: su último libro, Los amores imparables, arrasa en las listas, está de gira en Perú y Ecuador, y la semana que viene actúa en Madrid.

¿Qué libro tiene entre manos?

Trilogía sucia de La Habana, de Pedro Juan Gutiérrez.



¿Ha abandonado algún libro por imposible?

Sí, pero más que por imposibles porque no me enganchan en ese instante. Me pasó con Rayuela, y luego me alucinó.



¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?

Con Joaquín Sabina.



¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura? ¿Es de tableta, de papel, lee por la noche...?

Soy de leer en papel, día y noche, en cualquier momento.



Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.

A mí me cambiaron la vida los cantautores, me descubrieron la capacidad del arte para expresar emociones.



Está en plena gira por Ecuador y Perú: ¿el espectador latinoamericano conecta igual que el español con sus versos?

Sí, ya he estado ahí y es increíble la conexión brutal que hay con el público, la gente conecta a lo bestia, tengo tantos seguidores allá como acá.



¿Qué añaden los recitales a la lectura de sus libros?

En los recitales está la interpretación, que añade mayor emoción a los versos; también hay muchas risas, mucha complicidad con el público. Es un espectáculo.



¿Cómo son sus Amores imparables? ¿Imposibles, inagotables?

Bueno, hay dos tipos de amores imparables, que son de los que hablo en el libro: unos son esos en los que dos caminan de la mano y todo sale bien, y luego están esas relaciones tormentosas, brutales, con sentimientos en carne viva y que nada ni nadie puede parar.



¿Qué le debe Marwan a la poesía tradicional española?

Muchísimo, sobre todo mis inicios.... a Neruda, al 27 (Salinas, Lorca, Guillén); he leído mucho a Machado, a Miguel Hernández, a Bécquer, y a otros muchos como Gloria Fuertes, Benjamín Prado y Luis García Montero, que son clásicos para mí , poetas increíbles, la verdad.



¿Entiende los prejuicios ante poetas como usted, que triunfan en las redes y entre los más jóvenes?

La mayoría de las críticas que recibo no tienen ni puta idea, parece que no se han leído un libro mío entero. Las entiendo porque no a todo el mundo le tiene que gustar lo que hago, y porque sé que el ser humano critica lo que está en una posición social superior a la suya. Esto es así, me critican por mi éxito, no por mi obra.



¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?

Pues hay cosas que entiendo más y obras tan brutalmente conceptuales que no llego a comprenderlas o que no me emocionan aunque valore su riesgo.



¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

De Dalí, de Hopper o de Klimt, eso me fliparía.



Ejerza de crítico de la última exposición que visitó.

La verdad es que hace años que no voy a una exposición o a un museo. Bueno, la última fue la de Hopper y aluciné ante su capacidad de expresar la soledad con pocos elementos de un modo absolutamente brutal.



¿Qué música escucha en casa?

Pues de todo, mucho rap, a Nach, muchísimos cantautores... Me gustan muchísimo las bandas sonoras.



¿Recuerda la película que ha visto más veces?

Son tres en realidad, la trilogía de El Señor de los Anillos, la he visto infinitas veces, me encanta.



¿Le gusta España? Denos sus razones.

Sí, claro, es el país en que he nacido, un país alegre, vivo, donde se puede salir mucho, y hay lugares de encuentro a cualquier hora. Un país muy rico.



Una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.

Uf, infinitas. Mejorar las inversiones, más ayudas a los artistas, a las bibliotecas, a salas de conciertos, más centros culturales, promover en todo tipo de arte todo tipo de ayuda para apoyar a los artistas y para facilitar el acceso de la gente a la cultura, planes de lectura, bajar el IVA cultural al máximo y ayudar a los autónomos que se dedican al arte, porque los últimos tiempos han estado asfixiados.