Image: Mercedes Lezcano: Para Marsillach el teatro debía ser espoleador de conciencias

Image: Mercedes Lezcano: "Para Marsillach el teatro debía ser espoleador de conciencias"

El Cultural

Mercedes Lezcano: "Para Marsillach el teatro debía ser espoleador de conciencias"

9 marzo, 2012 01:00

Mercedes Lezcano. Por Gusi Bejer

Extraño anuncio es un texto nunca estrenado de Adolfo Marsillach que su viuda, Mercedes Lezcano, ha dirigido y presenta en el Centro Dramático Nacional (CDN) el 16 de marzo. En él, el autor se pregunta por la inconsistencia de la realidad y nos lanza esta cuestión: "¿Recordamos sólo el pasado o también el futuro?"

Pregunta: La pieza la escribió Marsillach en 1992. ¿Por qué no llegó a estrenarla?
Respuesta: No encontró el momento adecuado dentro de su agenda laboral.

P: ¿Ha dejado más obras sin estrenar?
R: Aún quedan dos más: El saloncito chino y Se vende ático. Pero toda su obra está publicada por la Asociación de Autores de Teatro.

P: Dice que asumió con él el compromiso de llevar a escena sus textos ¿le prometió personalmente que lo haría?
R: Que intentaría, en la medida de lo posible, estrenar los textos que a él se le quedaron en el cajón.

P: ¿En esta obra qué es exactamente lo que inquieta a Marsillach de la realidad?
R: Su inconsistencia.

P: ¿De qué trata?
R: No es una obra realista. Es la historia de un matrimonio que vive situaciones perplejas, y no puedo contar más porque no tiene un desarrollo lineal. Es un texto muy elaborado, donde el absurdo se entremezcla con el suspense y donde el humor aparece como reacción a esas situaciones desconcertantes. En él Marsillach se pregunta si únicamente recordamos el pasado o somos capaces de recordar el futuro.

P: Podría interpretar sus palabras: "Nadie es uno entero y de una vez; el fraccionamiento alucinante de nosotros mismos nos convierte al mismo tiempo en actores y público, en observadores y observados, en vivos y muertos".
R: El pasado, el presente y el futuro interactúan constantemente. Nuestro cerebro es complejo, inquietante y un "extraño" que nos sumerge en situaciones extrañas, a veces hilarantes, a veces angustiosas.

P: Hay pocas autobiografías tan divertidas como las de Marsillach. ¿Cómo sentó su publicación entre algunos aludidos de los que cuenta cosas con sorprendente sinceridad?
R: Eso tendría usted que preguntárselo a los aludidos.

P: ¿Es más dificultoso hoy que antaño montar una obra de teatro a título privado?
R: No soy productora ni tengo compañía propia. Trabajo con frecuencia con Metrópolis Teatro porque tenemos un mismo concepto del teatro.

P: ¿Y cuál es ese concepto?
R: Para nosotros el teatro no es un simple divertimento. Nos gusta contar aquellos sentimientos y emociones que son esencia del ser humano. Hacemos un teatro de reflexión pero también con sentido del espectáculo, y sobre todo, y eso lo aprendí de Adolfo, que sea espoleador de la sociedad. Para mí el teatro es fundamentalmente palabra.

P: La gran personalidad de Adolfo hacía creer que el teatro sí "pintaba" en la sociedad. ¿No siente que desde su muerte hay muy pocas figuras del teatro que cumplan con esa función?
R: Como ya he dicho, para Adolfo el teatro tenía que ser crítico, un despertador de conciencias, sin olvidar que es también espectáculo y tiene que divertir. "Divertir" en su acepción más noble.

P: ¿Cree que el teatro ha perdido esa presencia social en nuestros días?
R: Algunos espectáculos sí y otros no.

P: Fue diputada del PSOE por la Asamblea de Madrid en la anterior legislatura. ¿Echa de menos las sesiones parlamentarias o, por el contrario, ha resultado una liberación?
R: Estoy orgullosa de haber sido diputada socialista. Tengo la inmensa suerte de haber pertenecido a dos mundos apasionantes, el de la política y el de la cultura: en ambos me siento muy cómoda.

P: También se distinguió por participar en la 2ª Flotilla contra el bloqueo de Gaza y por llevar a escena una obra sobre Primo Levi que la embajada de Israel en España calificó de "antisemita". ¿Es partidaria de la existencia del Estado de Israel?
R:Creí que la entrevista era sobre teatro pero le voy a contestar. Con las resoluciones de la ONU en la mano seguiré luchando por acabar con el bloqueo a Gaza que es ilegal e injusto. Sí, dentro de los límites que marca la frontera anterior a la guerra del 67, que es el territorio que la Comunidad Internacional le otorgó al Estado de Israel. El resto de territorios ocupados es un robo al pueblo palestino.