Image: Gabriel Jackson

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El Cultural

Gabriel Jackson

“Es más fácil manipular la historia que aprender de ella”

11 julio, 2001 02:00

Gabriel Jackson acaba de reeditar Memoria de un historiador (Temas de Hoy), publicada en 1969 y ampliada en 1993. Aunque ahora no añade ni cambia nada a su repaso al siglo, reconoce sin pudor lo equivocado de algunos de sus juicios sobre el comunismo o la guerra civil.

Pregunta: ¿Cuál, de los errores cometidos en este libro, es el más grave?
Respuesta: Considerar, en
mi enseñanza de los años 50-60, que la revolución bolchevique fue tan importante como la francesa de 1789.
P: En general se acepta que el extremismo de derechas es peor que el de izquierdas. ¿Por qué?
R: Porque el extremismo de izquierdas, con excepción del estalinismo, ha sido más esporádico, mientras que el de derecha es la crueldad intencionada y sistemática de élites amenazadas en su poder y privilegios tradicionales.
P: ¿Qué enigmas quedan por desvelar sobre la guerra civil española?¿La cifra real de los muertos?
R: Sí, la cifra real de bajas, y también lo que ha pasado a nivel local, fuera de las grandes ciudades y de los campos de batalla.
P: En un encuentro con un monárquico español, éste le habló de "enemigos", de los "suyos" y los "nues-tros". ¿Hemos superado ya las heridas de la guerra?
R: En términos de violencia abierta creo, al menos espero, que sí. Pero suyos y nuestros es muy evidente en actitudes PP, y en conversaciones privadas.
P: ¿La transición española fue tan sorprendente? ¿Qué queda por hacer?
R: Fue sorprendente por ser civil, apacible. Lo que queda por hacer es: función del senado, equilibrio entre autonomías y centro, convivencia espiritual con las nacionalidades, justicia para los inmigrantes (un problema nuevo). En general la transición merece la gratitud de todos, como comienzo (pero no forma perfecta) de una democracia estable.
P: ¿Es la articulación de las nacionalidades el reto de este siglo?
R: Uno de muchos: desarme
nuclear, medio ambiente, derechos humanos, salud a nivel global, etc., etc.
P: Hoy muchos nacionalistas pretenden cambiar la historia: ¿impunemente?
R: Una de las tareas de los historiadores ahora es separar la mitología de los hechos en las versiones a veces fantásticas producido por emociones nacionalistas (incluso nacionalistas españolas).
P: ¿Por qué, tras un siglo tan violento, parece que no hemos aprendido nada?
R: Porque hay rasgos violentos en el carácter humano y porque es más frecuente el esfuerzo de manipular la historia que de aprender del pasado. La enseñanza de historia en las escuelas de todos los países tiene la tarea de crear patriotas, no seres humanos.
P: ¿Hemos mitificado el 68?
R: Como muchos movimientos generosos de juventud, simplificó por ignorancia varios elementos de la situación, pero globalmente fue inteligente.
P: ¿Y qué quedó de todo aquello?
R: Una nueva apreciación de distintos life styles. Creo que nunca más será tan snob el ambiente social de los países que han pasado por el 68 (llamado así en Europa por la importancia de Francia. Había el Berkeley 64 con los mismos propósitos, pero ¿quién busca una novedad progre desde el imperio americano?).
P: ¿Por qué cree que la Unión Europea (no sólo económica) no será real antes de un siglo?
R: Porque las mentalidades cambian muchísimo más lentamente que las tecnologías y porque los europeos insisten más que los americanos en mantener su cultura particular.
P: ¿Hacia dónde camina Rusia?
R: Hacia un capitalismo feroz, sin reglas hasta que las luchas sociales demanden un estado de derecho. Uno de los problemas más agudos es que el capitalismo es un sistema maravilloso para producir cualquier cosa, pero en sí mismo no tiene una pizca de moralidad.
P: ¿Qué le parece haber recuperado argumentos de la guerra fría como escudos galácticos?
R: Me da mucha pena. Todas mis esperanzas para el futuro humano incluyen como condición necesaria el desarme nuclear/ químico/ biológico.
P: ¿Qué balance hace de sus años en Barcelona?
R: Muy positivo, he tenido la oportunidad de escribir lo que quiero y de participar en jurados de doctorado para mantener contacto con el mundo de la investigación.
P: ¿Cómo ha evitado el riesgo de saber cada vez más y más de cada vez menos y menos?
R: Mi "disciplina" es leer y pensar hasta el maximum posible de las actividades y problemas humanos en el sentido más amplio.
P: ¿Cuál es su mayor aportación al estudio de la historia de España?
R: ésa es una pregunta demasiado egoísta, hay que hablar con otros.
P: ¿Por qué parece que los mejores conocedores del pasado español son anglosajones o franceses?
R: Porque, hasta ahora, han sido fascinados por España sin compartir las pasiones -a veces cegadoras- de un Menéndez Pelayo, Menéndez Pidal, Sánchez Albornoz o un Américo Castro. Factor de formación: cualquier historiador francés o anglosajón ha vivido un ambiente universitario con mucha más variedad de opinión que en el pasado el español. No se puede exagerar, en mi opinión, la novedad de la verdadera libertad política y espiritual que existe en España solamente desde la muerte de Franco.