Poesía

Poesías completas de Fray Luis de León

ED. CRISTÓBAL CUEVAS

11 julio, 2001 02:00

Castalia. 671 páginas, 9.599 pesetas

Tiene la aproximación a la edición crítica de un clásico la virtud de renovarnos el placer de su lectura. Esta sensación se acrecienta cuando el clásico logra, como fray Luis de León, conjugar pensamiento y emoción.

Fray Luis supo depurar formalmente sus versos, dando lugar a una forma cristalina y transparente que es, quizás, aquella en la que radica su verdad y su permanencia. Esto en cuanto se refiere a su forma. El contenido de su poesía responde a lecturas muy concretas. A la vez -como también sucede en San Juan de la Cruz- logra dar con un tono de autenticidad que es eterno.

Esta edición viene a coronar las numerosas ediciones que de este autor se han hecho. Cristóbal Cuevas parte de las aportaciones de todas ellas, incluyendo la lectura de la primera que hiciera Quevedo en 1631. Por cierto, a la hora de valorar esta primera edición, recordamos que fue el mismo fray Luis quien rescató las obras de Teresa de ávila y, en la carta que las precedía, nos fijó criterios que valen para ésta de Cuevas y para todas las ejemplares, como son los de "reducirlos a su propia pureza", "sin mudarlos ni en palabras ni en cosas de que se habían apartado mucho los traslados que andaban".

Varias son las valoraciones que habría que hacer sobre esta edición. En primer lugar, su carácter abarcador, pues ofrece toda la obra probada y fiable de fray Luis: sus poesías castellanas y neolatinas, así como sus traducciones e imitaciones del hebreo, griego, latín, italiano y catalán. En segundo lugar, Cuevas prefiere una aproximación a los textos originaria, estudiando los poemas por separado. En fin, el reducir los textos a "su propia pureza" no implica que el autor de esta edición olvide el tiempo en que vivimos y que, por ello, haya dejado de modernizar el lenguaje, "incluso en los autógrafos del Job", poniendo al día la acentuación y otros signos ortográficos.

De esta manera, el texto de fray Luis se ofrece, a la vez, con la sabrosa rudeza del original y con la frescura de la lengua de nuestros días. Logran así los propios poemas y las traducciones esa actualidad máxima que debieran lograr hoy las ediciones de los clásicos: que el lector de la calle pueda aproximarse a ellas sin grandes dificultades. Conviene subrayar la permanencia y modernidad de la poesía de fray Luis. Su mensaje poético se refuerza al insertarse en una tradición que descansa en un sentido cósmico y en un universalismo fértil. Fray Luis es inseparable de su tiempo histórico, pero a la vez él supo centrar muy bien su poesía en una maravillosa intemporalidad, proporcionando a su palabra una música y una reflexión con sentido de eternidad.

Tampoco se olvide que fray Luis no vio publicada en vida su poesía. Otro dato más que avala, por un lado, el sentido de interioridad ("actividad privada", la llama Cuevas), que tuvo para él ser poeta. Por otro, la fortuna de los lectores de hoy al tener a mano, y de manera tan completa, la obra de un poeta en la que lo español (y el español) tienen sentido de universalidad.