Pedro Martínez y Marcel Granollers celebran un punto en el partido de dobles ante Alemania.

Pedro Martínez y Marcel Granollers celebran un punto en el partido de dobles ante Alemania. Reuters

Tenis

España se mete en la final de la Copa Davis seis años después tras ganar a Alemania y se jugará el título frente a Italia

Pedro Martínez y Marcel Granollers lograron el punto decisivo para llevarse la eliminatoria tras ganar en el partido de dobles a Krawietz y Puetz.

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La capacidad de resiliencia del equipo español en esta Copa Davis no tiene fin. Después de hacer frente a la ausencia de Carlos Alcaraz, estar contra las lonas ante República Checa y sufrir de lo lindo ante Alemania en semifinales, el equipo capitaneado por David Ferrer ya está en la final.

Si bien la tarde de esperanza que había construido Pablo Carreño con su heroica remontada ante Jan-Lennard Struff se desvaneció en el segundo capítulo de la semifinal tras la derrota de Jaume Munar ante Alexander Zverev, la dupla formada por Pedro Martínez y Marcel Granollers llevó a España a la final. 

El partido decisivo, el de los dobles, no fue apto para cardiacos. La superioridad de la 'Armada' en el primer set hacía presagiar una victoria cómoda, pero la dupla alemana formada por Krawietz y Puetz reaccionaron en la segunda manga y meterse en la final iba a depender del tercer set.

España disputará su undécima final de la Copa Davis, la primera desde 2019 cuando levantó la sexta Ensaladera. Enfrente tendrá el domingo, a partir de las 15.00 horas, a Italia que juega su tercera final seguida y defiende el título conquistado el año pasado.

Nada más comenzar el partido, el equipo capitaneado por David Ferrer lanzó un aviso: dos breaks consecutivos y tras hacerse fuerte en su servicio, Martínez y Granollers dieron el primer paso hacia la final.

Puetz y Krawietz Simplemente esperaron su turno en el segundo set. Se mentalizaron y salieron con todo. Pagaron con la misma moneda a los españoles y en un abrir y cerrar de ojos, 'break' mediante, colocaron el 4-1 en el marcador.

El partido cambió por completo. La igualdad se instauró en Bolonia a la espera de un tercer set decisivo en el partido por la final. Todo abierto. Todo igualado. La gran final a un paso para ambos combinados, con David Ferrer y Michael Kohlmann nerviosos en la silla de capitán.

Tensión absoluta en Bolonia. Los alemanes, más experimentados, fueron incapaces de encontrar debilidad en Granollers y Martínez. Los españoles, desatados, encontraron recompensa a su buen juego en el cuarto juego, quebrando en la primera oportunidad que generaron para el 3-1.

Juego fundamental el siguiente. Media final pasó por esos puntos. Un mal mate de Alemania, largo, dejó sin palabras a Zverev en el banquillo. Una dejada de Martínez con algo de fortuna permitió a España sostenerse. Y un golpe certero de Granollers puso el 4-1. La final, a tiro.

La ventaja fue suficiente. Llegó el juego decisivo. Alemania tuvo oportunidad de romper, pero España estaba empeñada en jugar la final de la Copa Davis. No le tembló el pulso para aprovechar su primera bola de partido. Pedro Martínez, el hombre más fiable con la camiseta de España, finiquitó la gesta en la red, con un mate que tornó rápidamente en un abrazo colectivo.

La igualada de Zverev

La victoria del tándem español resultó definitiva después de que Alexander Zverev, número tres del mundo, cumpliera su rol de guardaespaldas germano y se impuso sin sobresaltos a Jaume Munar, quien pese a su valentía no pudo contener la consistencia del teutón.

Con un doble parcial de 6-7, Zverev iguala la eliminatoria en Bolonia, dejando toda la tensión acumulada en el tradicional desenlace por el partido de dobles: la última oportunidad de España para alcanzar la decimocuarta final de su historia en la competición.

El mallorquín llegaba a este encuentro con la ilusión renovada tras el magistral desempeño del asturiano. Munar, que había demostrado un tenis sólido en cuartos tras derrotar a Jiri Lehecka con seriedad en cuartos de final, intentó nuevamente sacar lo mejor de su arsenal táctico.

Sin embargo, Zverev salió determinado desde el primer golpe, consciente de que Alemania dependía de él para mantener vivas las opciones germanas de regresar a una final. El dominio del número tres mundial fue evidente desde los compases iniciales, donde estableció su ritmo de juego sin permitir que Munar encontrara los espacios necesarios para generar presión ofensiva.

La épica de Carreño

Previamente, Carreño demostró la madurez y el temple de un jugador que ya levantó la Ensaladera en 2019 y que fue artífice de la histórica remontada ante Dinamarca en septiembre pasado. Frente a otro veterano como Struff, de 35 años, el asturiano desplegó toda su inteligencia táctica para mantener la calma en los instantes decisivos.

El primer set transcurrió con dominio alterno de los saques hasta que el español encontró el momento preciso para romper.

Con 5-4 a favor y servicio propio, Carreño no tembló y cerró la manga con autoridad. El germano, conocido por su saque potente y su derecha agresiva pero carente del sentido táctico necesario en estos escenarios de máxima presión, comenzó a mostrar fisuras en su juego.

El segundo parcial elevó la tensión hasta límites insoportables. Con 5-4 en el marcador y Struff al servicio, Carreño dispuso de tres bolas de partido que el alemán salvó por milímetros con golpes a la línea que rozaron la perfección.

El set llegó al tie-break y ahí se produjo el momento de mayor épica de toda la jornada. Struff voló en el desempate hasta colocarse con un demoledor 6-1 a favor, dejando al español contra las cuerdas con cinco bolas de set consecutivas.

Sin embargo, Carreño hizo gala de su fortaleza mental y su capacidad de resiliencia. Lejos de hundirse ante la adversidad, el gijonés se rehízo de manera magistral y encadenó siete puntos consecutivos que le otorgaron la victoria más dramática y valiosa de su participación en esta edición de la Copa Davis.