Muguruza, celebrando su victoria ante Kuznetsova.

Muguruza, celebrando su victoria ante Kuznetsova. Toby Melville Reuters

Tenis Wimbledon

Muguruza regresa a las semifinales de Wimbledon

La española derrota 6-3 y 6-4 a Svetlana Kuznetsova y buscará la clasificación para la final el próximo jueves ante Magdalena Rybarikova (doble 6-3 a CoCo Vandeweghe).

11 julio, 2017 16:09
Londres (enviado especial)

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Por primera vez en más de un año (Roland Garros 2016), Garbiñe Muguruza volverá a jugar las semifinales de un Grand Slam, que serán las terceras de su carrera. El martes por la mañana, antes de que la lluvia partiese en dos la jornada, la española derrotó 6-3 y 6-4 a Svetlana Kuznetsova y se clasificó para pelear por el pase a la final de Wimbledon, un cruce que disputará el próximo jueves ante Magdalena Rybarikova, vencedora 6-3 y 6-3 de la estadounidense Vandeweghe. Un día después de remontar a Angelique Kerber con 55 golpes ganadores, la campeona de un grande necesitó adaptarse a otro encuentro distinto, marcado por el viento y por la estabilidad de su oponente, que sin embargo superó sin problemas. [Narración y estadísticas]

“Hoy tenía que trabajar más el punto”, explicó la número 15 del mundo, que con el triunfo se garantizó regresar al top-10. “Kuznetsova es una jugadora muy sólida y además el día no ayudaba porque en la pista hacía mucho viento. Había que buscar la oportunidad y no disparar tan rápido”, prosiguió la española, que acabó con 14 ganadores por 15 errores no forzados. “Llevo preparándome desde hace mucho tiempo para estar lista en estos partidos. Se han juntado ciertas cosas ahora que me están ayudando a ganar: el hecho de tener buenos aciertos, de jugar a un gran nivel, de encontrarme bien físicamente, de haberme adaptado a la hierba… Es un poco todo y cada día me encuentro mejor”.

“Kuznetsova estaba jugando una bola rápida y bastante profunda, pero Garbiñe ha recuperado muy bien y se ha defendido agresivamente”, celebró Conchita Martínez, que en Wimbledon acompaña como entrenadora a Muguruza después de que Sam Sumyk (su técnico) tuviese que regresar a Los Ángeles por cuestiones familiares. “La veo muy centrada y concentrada en todos los partidos, en prácticamente todos los puntos. Está bien de actitud y jugando muy agresiva, buscando sus golpes, quitándole tiempo a las rivales”, apuntó la ex número dos mundial. “Lo único en lo que tiene que fijarse ahora es en el trabajo que está haciendo y seguir intentando jugar al mismo nivel”.

Muguruza anuló las dos primeras bolas de break del partido (1-1, 15-40) y desde ese momento se liberó de la tensión con la que salió a jugar. La española, que rompió el saque de Kuznetsova inmediatamente después (3-1), ganó la primera manga sin grandes alardes, pero manteniendo la granítica determinación con la que ha jugado desde el primer día en Wimbledon.

Muguruza, subiendo a volear ante Kuznetsova.

Muguruza, subiendo a volear ante Kuznetsova. Toby Melville Reuters

“¡Vamos Garbiñe! ¡Vamos! ¡Vamos!”, le gritaron a la campeona de un grande desde su banquillo durante todo el encuentro a voces, sin importar si en ese lado de la pista estaba Muguruza o Kuznetsova, que entendió el griterío permanente como juego sucio, una forma de distracción innecesaria en un partido controlado por la española (“era su fisio, se escuchaba muy claro y todos hablamos español aquí. No creo que sea apropiado, pero bueno, yo estaba centrada en mi juego”, dijo luego la rusa).

Entre los chillidos, Kuznetsova volvió a procurarse una opción para entrar al cruce (1-0 y 30-40 en el arranque de la segunda manga, que Muguruza salvó en un pestañeo), se fabricó más méritos de los que indicó el marcador final y terminó con unos números para haber aspirado a algo más (21 ganadores por 12 errores no forzados). Irremediablemente, acabó inclinada por su contraria, que cerró un pulso impecable para colocarse en la posición soñada. 

“Favorita… No lo sé”, contestó Garbiñe cuando le preguntaron si se consideraba la rival a batir de las que quedan en el cuadro. “No quiero pensar si soy favorita porque tengo un partido pasado mañana y mi rival también estará en semifinales. Solo estoy concentrada en mi siguiente partido. De hecho, es de los más difíciles porque es cuando todo el mundo se pone más nerviosa”, avisó. “Quiero simplificar todo”.

A diferencia de muchos de sus últimos torneos, donde tuvo que convivir con una presión que no consiguió tolerar, Garbiñe ha ido abriéndose paso en el torneo como una jugadora ajena a todo eso hasta llegar a las semifinales: a partir de ahora, a dos victorias de un título que se le escapó en 2015, Muguruza es tan candidata como la que más trofeo.