Leon Marchand celebra uno de sus oros en los JJOO de París 2024
Léon Marchand y su esperado regreso a la piscina: el rey de París, bajo la presión de brillar y romper récords en el Mundial
Un año después de lograr cuatro oros en los Juegos Olímpicos, el francés aterriza en Singapur para disputar los 200 y 400 metros estilos.
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Hace un año que las aguas de La Défense Arena se agitaron al ritmo de las brazadas de Léon Marchand, quien conquistó cuatro oros olímpicos y transformó la piscina parisina en el epicentro de una fiebre nacional que aún perdura.
El francés de 23 años, que pasó de ser una joven promesa a convertirse en el rey absoluto de la natación, se alejó del foco y afronta ahora su regreso más esperado: los Mundiales de Singapur.
Allí deberá demostrar que su reinado no fue casualidad estival, sino el preludio de una era dorada que apenas comienza. Llega con ambición y con el objetivo claro de seguir rompiendo récords para continuar escribiendo en dorado las páginas de su carrera.
Todos los ojos estarán puestos en él. No es para menos, es la mayor atracción de la disciplina. La expectación es máxima por verle volar sobre el agua y también por poder presenciar si existe alguien capaz de confrontarlo y batirle.
De París al cielo
Marchand aterriza en el país asiático con el cartel de estrella, pero fue hace justo un año cuando comenzó su metamorfosis. Con 4:02.95, Marchand batió la marca olímpica de Phelps en 400 m estilos y regaló a Francia su primer oro de natación en 12 años.
Dos días después fue doble campeón en 200 m mariposa y 200 m braza con apenas dos horas de descanso, algo nunca visto en unos Juegos.
One year ago today, France’s Léon Marchand lit up the pool in Paris 🇫🇷 🏊
— The Olympic Games (@Olympics) July 28, 2025
He kicked off his golden run at #Paris2024 by claiming the 400m individual medley title in Olympic Record time, the first of his four individual golds! 🥇
Could he challenge his own world record this week… pic.twitter.com/Iu0fhYXBUQ
La apoteosis llegó el 2 de agosto, cuando conquistó los 200 m estilos en 1:54.06 y se quedó a seis centésimas del récord mundial de Ryan Lochte. Esa cuarta medalla dorada lo convirtió en el primer francés en ganar cuatro oros individuales en una misma cita olímpica.
Desde entonces, la cotidianidad se volvió impensable. "Ya no puedo salir a comprar pan sin avisar a mi equipo de seguridad", confesó días antes de volar a Singapur.
#MondayMotivation
— The Olympic Games (@Olympics) July 28, 2025
🤩 Leon Marchand appreciation post. 💙🤍❤️ pic.twitter.com/rh7n7ezug8
La fama le obligó a refugiarse tres meses en Australia, lejos de los flashes parisinos, y a seguir un plan de "reseteo" con el técnico Dean Boxall antes de reunirse otra vez con Bob Bowman, el hombre que también moldeó a Phelps.
El entrenador admite que esta temporada es “de transición”, pero que su pupilo sigue obsesionado con perfeccionar el viraje y la apnea que lo hicieron imbatible en París.
Nuevo desafío
El Mundial le presenta una presión distinta: demostrar que su reinado no fue un chispazo olímpico, sino el preludio de una era.
Para gestionarla, Marchand ha podado su agenda: descartó los 200 m braza y los 200 m mariposa y se centrará exclusivamente en los 200 y 400 m estilos, además de los relevos franceses.
La decisión persigue un objetivo claro: bajar de 4:02.50, su propio récord mundial de 400 m logrado en Fukuoka 2023, y ser el primero en nadar el 200 m estilos por debajo de 1:54.00, barrera que Lochte fijó hace catorce años.
El nadador húngaro Hunert Kos. EFE
Para lograrlo no estará solo ante el cronómetro. Sus principales antagonistas se alinean con ambiciones propias. El húngaro Hubert Kós, campeón olímpico de 200 m espalda y bronce europeo en 200 m estilos, entrena también bajo la órbita de Bowman y presume de un parcial de espalda capaz de poner en jaque la estrategia del francés.
El estadounidense Carson Foster, subcampeón mundial de 400 m estilos en 2022 y plata olímpica en París, llega con el cartel de capitán de la delegación norteamericana y tiempos de 1:55.7 en 200 IM y 4:06 en 400 IM dentro de la temporada. Ambos han declarado que su motivación es “batir al mejor” y el mejor, hoy por hoy, sigue siendo Marchand.
Carson-Foster, durante una competición. REUTERS
El propio francés admite que la cita será una prueba mental tanto como física. Tras un año de actos protocolarios, premios Laureus y halagos de Macron, asume que debe reencontrar la soledad competitiva. “Ha sido un año para respirar y redescubrir por qué nado”, dijo en la rueda de prensa previa.
Si Marchand cumple el guion y baja los tiempos, redondeará la narrativa del talento que aprende a gestionar el éxito temprano sin perder el hambre. Si tropieza, habrá dado un paso más en la curva de maduración que a Phelps le tomó dos ciclos olímpicos.
A corto plazo, lo único claro es que las miradas se concentrarán en las calles cuatro y cinco de la piscina singapurense, esas que tradicionalmente se reservan a los grandes favoritos. Y allí, el rey de París intentará seguir escribiendo su historia con letras doradas.