Dos chicos practican Runit.

Dos chicos practican Runit.

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Qué es el Runit, el nuevo deporte extremo que se ha vuelto viral y ya se ha cobrado una víctima

La disciplina, que desafía los límites del contacto físico, ha generado preocupación internacional por su peligrosidad.

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El deporte extremo conocido como "Runit" o "Run It Straight" ha alcanzado una dimensión mundial en las últimas semanas después de que se viralizaran videos en redes sociales sobre la disciplina.

Muchos vídeos muestran a jóvenes enfrentándose en choques frontales de alta intensidad. La práctica, que consiste en que dos personas corran una hacia la otra en línea recta para colisionar sin protección, ha sido señalada por expertos y autoridades como un riesgo grave para la salud.

La mecánica del Runit es sencilla pero peligrosa: los participantes se ubican en extremos opuestos de una pista y corren a máxima velocidad para impactar de frente, con el objetivo de derribar al rival.

Sin reglas técnicas ni equipamiento de seguridad, la disciplina ha sido criticada por eliminar cualquier elemento de protección presente en deportes tradicionales de contacto como el rugby o el fútbol americano.

El auge del Runit se atribuye a la difusión masiva de videos en plataformas como TikTok, Instagram y YouTube, donde los choques espectaculares y las caídas han captado la atención de millones de usuarios.

La viralidad se ha visto impulsada por la organización de torneos con premios en efectivo y por la presión social entre jóvenes, que replican el desafío en espacios públicos sin supervisión.

Tragedia

La preocupación internacional se intensificó tras el fallecimiento de Ryan Satterthwaite, un joven de 19 años de Nueva Zelanda, quien sufrió una lesión cerebral fatal durante una partida informal de Runit.

El incidente, ocurrido fuera de un evento oficial y sin asistencia médica inmediata, ha reavivado el debate sobre los límites del deporte y la responsabilidad de las redes sociales en la promoción de actividades peligrosas.

Organizaciones de salud y expertos en neurociencia han advertido sobre el alto riesgo de lesiones cerebrales graves, incluyendo encefalopatía traumática crónica, y han pedido la prohibición o regulación estricta de esta práctica.

El caso de Satterthwaite se suma a otros reportes de participantes que han quedado inconscientes o han sufrido convulsiones tras los impactos.