Carlos Sainz, dentro de su Ferrari en el Gran Premio de Arabia Saudí 2024

Carlos Sainz, dentro de su Ferrari en el Gran Premio de Arabia Saudí 2024 Reuters

F1

Carlos Sainz, con todo en contra: del aislamiento en Ferrari a la apendicitis que corta su buen momento

El piloto madrileño, que se reivindicó en el primer Gran Premio de la temporada, se topa de lleno con la mala suerte. 

9 marzo, 2024 02:15

De un varapalo a otro. A Carlos Sainz parece que últimamente no le salen las cosas bien y que todo lo que se le puede torcer, efectivamente se le acaba torciendo. Por si no fuera suficiente con la noticia de que Ferrari le dará la patada al final de la temporada para cambiar su cromo por el de Hamilton, ahora una inesperada apendicitis se ha cruzado en su camino.

En las últimas horas el piloto madrileño se había sentido indispuesto. Aún así, fue capaz de completar las dos primeras sesiones de entrenamientos libres en el Gran Premio de Arabia Saudí con una intensa fiebre. Sin embargo, en el mismo día en el que debía disputarse la clasificación para configurar la parrilla de salida Ferrari anunció el problema de salud de su conductor.

"Carlos Sainz ha sido diagnosticado con apendicitis y requerirá cirugía. A partir del FP3 y durante el resto de este fin de semana, será sustituido por el piloto reserva Oliver Bearman. Por lo tanto, Oliver no volverá a participar en esta ronda del Campeonato de F2. La familia Ferrari le desea a Carlos una pronta recuperación", comentó la Scuderia a través de un comunicado.

Después del ilusionante arranque de temporada en el que consiguió subirse al podio en el Gran Premio de Baréin, este imprevisto se cruza en su camino para cortar en seco su trayectoria. Sainz llegaba lanzado y con la ilusión de poder repetir la gesta de plantar cara a los Red Bull, pero tuvo que pasar por el quirófano y después deberá ejecutar un plan de recuperación que le permita volver en el mismo estado de forma que demostró en el arranque del curso. 

El 'corte' de Ferrari

Parece que de repente, desde hace pocas semanas, todo se le ha vuelto en contra a Carlos Sainz. Desde el fin de la pasada temporada estuvo a vueltas con su futuro, su posible renovación por Ferrari, pero las negociaciones se fueron dilatando sin que ninguna de las partes soltara prenda al respecto.

La duda quedó completamente resuelta el pasado 1 de febrero. Mercedes anunció la salida de Lewis Hamilton al final del presente curso y acto seguido Ferrari confirmó el secreto a voces, que el piloto británico pasaría a ocupar un asiento en la Scuderia en 2025.

[Así es Oliver Bearman: el sustituto de Carlos Sainz en Ferrari que romperá un viejo récord en F1]

Para ello tenía que haber un damnificado. El filo de la navaja se movía entre Charles Leclerc y Carlos Sainz y finalmente fue el español el afectado por esta decisión de Ferrari. Leclerc sí que renovó y la Scuderia dejó con un palmo de narices al madrileño cuando ha sido el que más logros ha conseguido deportivamente en los últimos tiempos.

"Aún tenemos por delante una temporada larga y, como siempre, lo daré todo por el equipo y por los tifosi de todo el mundo. Anunciaremos noticias sobre mi futuro a su debido tiempo", comentó Carlos Sainz pocos minutos después de que se hiciera oficial que se quedaba sin asiento en Ferrari. 

La reacción de Sainz

De repente, Carlos Sainz se vio prácticamente solo en la estructura de un equipo que no creía en él y que le iba a dejar marchar dentro de unos meses. Una situación muy desagradable para cualquier piloto, pero más si cabe aún para el único que la temporada pasada fue capaz de romper la hegemonía de los Red Bull en un Mundial sin ninguna historia. 

Sainz, sin embargo, tenía dos opciones. Rendirse ante este complicado panorama o rebelarse y demostrar que la Scuderia se equivocaba en su decisión. Optó por el camino del trabajo y de la reivindicación. No hay más que ver lo que sucedió en el primer Gran Premio de la temporada en Baréin.

Lejos de darse por vencido, Sainz impresionó a todos con su estelar actuación. Se subió al podio a las primeras de cambio y demostró ser el mejor de los mortales. Por supuesto, los Red Bull arrasaron. Verstappen se llevó la victoria y Pérez fue segundo, dejando claro que nada ha cambiado en la F1 de un año a otro y que este Mundial pinta igual de monótono, pero Sainz está dispuesto a romper con el aburrimiento.

Carlos Sainz, en el GP de Las Vegas

Carlos Sainz, en el GP de Las Vegas EFE

Este fin de semana quería aprovechar la buena inercia del arranque de temporada para dar otro golpe más encima de la mesa. Ratificarse como uno de los pilotos del momento en el Gran Premio de Arabia Saudí y seguir por delante de su compañero de equipo Leclerc hubiera invitado cuanto menos a la reflexión en Ferrari, pero la mala suerte se cruzó en su camino.

Ya durante las sesiones de entrenamientos libres actuó con fiebre, síntoma de que algo no iba bien, y a pocas horas de la clasificación Ferrari hizo oficial que Sainz debía ausentarse para pasar por el quirófano. Una inoportuna apendicitis se cruzó en su camino, y lo cierto es que la Scuderia notó muchísimo su baja. El jovencísimo Bearman entró en su lugar para salvar la papeleta pero ni siquiera pudo superar la Q2 en la clasificación. 

Ahora Carlos Sainz deberá guardar reposo durante unos días para recuperarse de su operación por apendicitis y espera volver con las mismas fuerzas con las que comenzó el campeonato. Su forma de decirle a Ferrari que se ha equivocado en el cambio de caballo.