Carlos Sainz junto a su Audi RS Q-etron E2

Carlos Sainz junto a su Audi RS Q-etron E2 Audi Sport

Motor RALLY DAKAR

Las claves de Carlos Sainz para ganar el Dakar: un Audi renovado, guerra con Castera y un final soñado

El piloto madrileño afronta una nueva edición del rally más extremo del planeta con un proyecto mejorado con el que buscará su cuarto Touareg. 

22 diciembre, 2022 02:15

Carlos Sainz afrontará en tan solo unos días una nueva aventura en el Rally Dakar. Será su decimosexta participación en la carrera más dura del mundo. El piloto madrileño llega con la ambición de pelear por el que sería su cuarto título después de los ganados en los años 2010, 2018 y 2020. Triunfos que llegaron, cada uno de ellos, con tres marcas diferentes: Volkswagen, Peugeot y Mini

Si por algo se caracteriza el piloto madrileño es por ser un maestro en eso de desarrollar nuevos proyectos y por ello, la confianza es máxima ahora que ha rodado algo más el nuevo programa de Audi. Sainz llegó a la factoría germana por la ambición que le generaba ir un paso más en su brillante carrera ya que ganar con la compañía alemana sería un triunfo muy especial para su brillante palmarés. 

Audi ha vuelto a apostar de manera decidida por el proyecto de los coches híbridos en los que los motores eléctricos tienen cada vez más importancia. Sin embargo, el AudiAudi RS Q-etron en su segunda versión, la de este 2022 que culminará con su participación en el Rally Dakar 2023, es un modelo reformado y renovado que le ofrecerá a Carlos Sainz, y también a sus compañeros de equipo, la posibilidad de luchar cara a con los dos grandes favoritos al título: el Toyota de Nasser Al-Attiyah y el Prodrive BRX Hunter Hypercar de Sébastien Loeb.

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La marca alemana llega a una nueva edición del rally-raid más duro del planeta con la seguridad de haber limado los fallos del año pasado y con la ambición de tener una estructura mucho más estable para Carlos Sainz, Stéphane Peterhansel y Mattias Ekström. 'El Matador', aunque no se considera favorito, sí se ve candidato al triunfo final tal y como transmitió en su presentación. No obstante, sabe que será una carrera de fondo en un Dakar que será mucho más largo que en ediciones anteriores y que tendrá una segunda semana que le favorece. 

Carlos Sainz con el nuevo audi de competición en el que participará en el Dakar 2023.

Carlos Sainz con el nuevo audi de competición en el que participará en el Dakar 2023.

Menos peso, diferente reglamentación

Una de las claves que tiene Carlos Sainz por delante para pelear este Dakar es el renovado modelo de su coche. El Audi RS Q-etron E2 seguirá apostando por la misma tecnología innovadora que ya presentó la marca alemana en la carrera de principios de años. Sin embargo, esta nueva versión será más eficiente y, sobre todo, más ligera. 

Esa es la principal novedad que presenta el nuevo Audi y que jugará un papel fundamental en las aspiraciones del madrileño, pero también en las de sus compañeros Peterhansel y Mattias Ekström. El proyecto de 2022 aterrizó en Arabia Saudí sin haberse probado lo suficiente y con el tiempo justo para hacer algunos test. De hecho, su gran debut en competición llegó en el propio Dakar. 

Ahora, Sainz y su copiloto Lucas Cruz han tenido toda una temporada con margen para ir puliendo todos los detalles que necesitaban. Uno de los más importantes es el peso. La propia idiosincrasia de la mecánica tan particular de este prodigio le hacía ser un coche mucho más pesado que el de sus rivales, algo que les lastró el curso pasado. Ahora, han conseguido soltar una mochila de nada más y nada menos que 90 kilos. 

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Por eso, la pareja española afronta la nueva edición con más tranquilidad y confianza. El hecho de que Audi pudiera pelear por etapas aunque no por la general les hizo ver que el potencial para estar con los mejores estaba ahí. Lo más importante es que los fallos registrados el año pasado no estuvieron relacionados con la complejidad eléctrica del coche, la mayor preocupación que existía. 

Sin embargo, uno de los hándicap a los que tendrán que hacer frente será al cambio de reglamentación que ha llevado a cabo la dirección de la carrera respecto a los coches híbridos, una situación que ha molestado y mucho a Carlos. Ahora, aquellos modelos que compartan configuración con el E2 de Audi tendrán que llevar un peaje de peso de 100 kilos respecto a sus competidores. De los 2.000 kilos de los T1 normales a los 2.100 que, como mínimo, tendrán que pesar los modelos híbridos. Por ello, el haber conseguido soltar ese lastre de 90 más es tan importante, porque sino podrían haberse situado en la salida el próximo 31 de diciembre con una mochila de 190 kilos. Eso hubiera hecho inviable cualquier pelea. 

Desde Audi no entienden que el Dakar no apueste por el progreso y por el futuro como son los coches menos contaminantes y que se penalicen este tipo de proyectos como el suyo. Aún así, irán a por todas a Arabia Saudí en un Dakar en el que todos irán con el pie levantado del acelerador y es que se ha impuesto también otra restricción. 30 kW menos que en la edición de 2022 que se traducirán en 40 CV menos de potencia. 

Carlos ya ha podido probar esta nueva reglamentación en el Rally de Marruecos y es que la pareja española decidió apostar por hacer un simulacro real de cómo será la carrera en 2023. Penalizaron en términos de resultado, pero observaron que en cuanto a rendimiento no tienen nada que envidiar a los mejores. La confianza es total y el nuevo E2 responde a la perfección por lo que el optimismo es grande en Audi. 

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Carlos Sainz se muestra optimista para la edición 2023 del Dakar.

Carlos Sainz se muestra optimista para la edición 2023 del Dakar.

Guerra con la dirección

Uno de los puntos más calientes del próximo Dakar será ver qué sucede con la navegación. Los momentos más conflictivos del rally en la edición del 2022 llegaron con ese waypoint famoso que provocó que la mayoría de pilotos se perdieran a las primeras de cambio acumulando pérdidas que se contaban por horas. Una situación que arruinó la carrera de muchos candidatos a las diferentes victorias, pero sobre todo a Carlos Sainz. 

Desde ese momento, 'El Matador' inició una guerra sin cuartel contra la dirección de la carrera personificada en la figura de David Castera. Los rumores de un posible favoritismo hacia Nasser Al-Attiyah rodearon a la prueba, pero Sainz quiso dejar claro en todo momento que él realmente no pensaba eso y achacó a la suerte y a la posición que ocupaba el qatarí en ese momento en la carrera el hecho de acertar con el rumbo correcto en una situación de caos absoluto. Lo que tenía también claro es que se trataba de un error de Castera y su equipo. 

Ahora, Sainz espera que la organización haya limado esos problemas que hicieron que más del 90% de los pilotos se jugaran su futuro a cara o cruz, saliendo buena parte de estos perjudicados. La confianza en la valía de Castera y de todo su equipo es total ya que, a pesar de las tiranteces que han vivido durante todo el 2022, le consideran una persona preparada para el cargo que ocupa y un perfecto conocedor de la prueba, ya que incluso ha sido copiloto de la misma, los que más trabajan con la navegación. 

La guerra entre Sainz y Castera se ha acentuado en los últimos meses y, especialmente, en las últimas semanas. A las críticas por la navegación y los innovadores waypoints escondidos se une la polémica con los pesos, pero el director de carrera del Dakar responde aludiendo a la potencia extra que podrían alcanzar los coches como el Audi RS Q-etron E2, quienes podrían presentar un extra respecto a sus competidores. 

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El tira y afloja entre ambos ha sido intenso y se ha repetido de manera insistente, por lo que uno de los hándicaps más grandes que podría tener Carlos es tener en contra a una institución que en los últimos años ha sido mirada con lupa. Aún así, la realidad es que, a pesar de la tensa relación, existe un respeto entre las partes que debería imperar. 

Por si esto fuera poco, Sainz casi siempre ha defendido que los recorridos elegidos por el Dakar desde que aterrizó en Arabia Saudí han sido muy acertados y también medidas como la de limitar cada vez más el tiempo previo para consultar el roadbook antes de arrancar cada jornada. Ideas todas que han contado con el sello de Castera. 

El de este año volverá a ser uno de esos Rally Dakar más duros. De hecho, será el más largo de los últimos años tanto en días como en kilometraje. El prólogo de 11 kilómetros. arrancará en un Sea Camp el 31 de diciembre al noroeste del país y avanzará de manera inexorable hasta el extremo contrario. Pasará por Alula, Ha'il, Al Duwadimi y Riyadh, donde se hará la jornada de descanso el 9 de enero. 

Hasta entonces, la carrera afrontará su parte más larga, ya que se recorrerán alrededor del 70% de los kilómetros previstos en el recorrido en etapas que sin duda serán de resistencia y también de velocidad. Pero en las que se afrontarán jornadas por estrechos senderos de menos de 2,5 metros donde será casi un milagro no dejar el coche o pinchar. Además, no habrá descanso en mitad de las especiales, lo que hará más complicado si cabe controlar la situación y el ritmo de los adversarios. 

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Cinco etapas superarán los 600 kilómetros y la más larga se irá hasta los 876 kilómetros entre Ha'il y Al Duwadimi. Además, cinco especiales superarán los 400 kilómetros. Un primer tramo de Dakar duro y eterno del que los pilotos saldrán muy castigados, pero que podría provocar que la carrera llegara igualada a su segundo tramo. 

Sin embargo, a partir de ahí aparecerá el que podría ser el final soñado de Carlos Sainz. Una traca final de dunas, el terreno en el que mejor se ha desenvuelto el español en los últimos años y donde ha conseguido marcar diferencias con la mayoría de sus rivales. Además, la reducción de peso del coche ha permitido que sea más ágil en la arena.

Pasarán por Haradh, Shaybah, Al Hofuf y Damamm, donde finalizará la edición. La prueba se cerrará con el temido Empty Quarter, el plato fuerte que Castera y todo su equipo tenían reservado para este 2022 en el que habrá casi 5.000 kilómetros de batalla.  En este infierno será donde se produzca la esperada etapa maratón. Esta última parte contará con tres etapas por debajo de los 420 kilómetros. Una prueba que todos definen como clásica y de puro Dakar en la que Sainz intentará levantar su cuarto entorchado.