Leo Messi, celebrando durante el Mundial de Qatar

Leo Messi, celebrando durante el Mundial de Qatar Reuters

Mundial de fútbol 2022 SELECCIÓN DE ARGENTINA

"No le hables a Messi": el culto en el vestuario de Argentina, un armazón para proteger al '10'

Argentina se ilusiona con el Mundial, Messi se contagia de la excitación y el vestuario forma filas a su alrededor. El objetivo: la tercera estrella.

11 diciembre, 2022 03:04

"En Argentina nací, tierra de Diego y Lionel". Así arranca el cántico que acompaña en Qatar a 'La Albiceleste' y que entonan en cada celebración sus propios jugadores, incluido un Messi al que la propia letra glorifica como a Maradona. Leo canta con sus "muchachos" aquello de "quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial".

Argentina camina sobre la línea fina que convierte las emociones en un arma de doble filo. La locura tomó el país semanas antes de que arrancara el Mundial y lo mismo sucedió en el vestuario del equipo. Es la última oportunidad de que Messi lo gane y sus compatriotas le quieren aupar hasta el Olimpo donde le espera 'el Diego'.

Leo es el líder de la caseta, en la que encuentra dos tipos de jugadores: los veteranos que crecieron a su lado y los jóvenes que lo hicieron con él. Referente para unos e ídolo para otros. Entre todos forman un armazón que rodea a Messi, que juega para él y que le facilita todo para que 'simplemente' resuelva.

[La bronca entre Argentina y Países Bajos termina con Leo Messi desquiciado: "¿Qué miras, bobo?"]

El Mundial de Messi está siendo extraordinario. De los cinco partidos que Argentina ha jugado, su '10' ha recogido tres premios de MVP (ante México, Australia y Países Bajos). Mac Allister se llevó el del partido contra Polonia y el día de Arabia Saudí es mejor olvidarlo para los argentinos.

Otro Lionel, Scaloni, ha encontrado el equilibrio para que el Leo jugador se sienta cómodo en su selección. Ha costado, pero a los 35 años se está viendo al Messi más argentino que nunca antes se haya reconocido sobre un terreno de juego. Canta, salta y es guerrero, que se lo pregunten sino a Louis van Gaal, Wout Weghorst y hasta Mateu Lahoz.

De 2014 a 2022. De una final de Mundial a estar a las puertas de otras. Otro Messi y otra Argentina en comunión, no como aquel equipo y aquel país que esperaban que Leo lo solucionara todo. Así se estrellaron ante Alemania en Maracaná. Y en Maracaná, precisamente, se espantaron aquellos fantasmas hace año y medio cuando 'La Albiceleste' ganó a Brasil la Copa América

Algo se desató en Messi y Argentina desde entonces no ha dejado de remar junta, futbolísticamente hablando. Vive en una burbuja que todos procuran que no se pinche. Una burbuja en la que Lionel es tan trascendental como en los mejores años de su carrera, ahora en su 'último baile'. Y si alguien toca a Messi, tocan a todos.

La bronca de Messi tras el partido contra Países Bajos la zanjó el Kun Agüero. En camisa abierta y en vaqueros, el delantero que se retiró hace justo un año por un problema cardiaco es un amigo fiel. Este viernes bajo al césped y en el túnel de vestuarios se interpuso entre Leo y un gigante neerlandés de casi dos metros. Y le frenó con una declaración tajante: "No hables a Messi".

La escena ya famosa por el "¿qué miras, bobo?" de Messi a Weghorst reflejó lo bien que tiene guardadas las espaldas Leo. Aunque durante el Mundial ya se había dejado ver de otras maneras. Ahora fue con Weghorst, antes fue con el boxeador Canelo Álvarez. Cuando el mexicano amenazó a Leo por entender que había pisoteado la bandera de su país, este se vio de pronto rodeado de toda Argentina. Hasta el mismísimo campeón de peso supermediano acabó retrocediendo ante la presión que ejerce el 'culto' a Messi.

En el campo, el '10' nunca está solo. A menudo, le acompaña el colchonero Rodrigo de Paul, a quien le ha caído el peso de los memes en las redes apodado como 'cancherito' o el 'protector' de Messi. Pero prácticamente cualquiera de los otros 24 pondría el pecho para parar una bala dirigida a su capitán.

Kun o Di María -de treinta y pico años para arriba- y Paredes o De Paul -en torno a los 28- son de la generación de Messi o la posterior y llevan tiempo compartiendo vestuario con él en la selección. Su vínculo es fuerte, más todavía desde la última Copa América. Los nuevos, los más jóvenes, también forjan su conexión, pero a través de otra vía: la de la devoción.

Leo Messi con De Paul y Enzo Fernández

Leo Messi con De Paul y Enzo Fernández Reuters

El mejor ejemplo es el de Enzo Fernández, de 21 años y uno de los argentinos más destacados en el Mundial. Empezó como suplente, pero ante México se salió y desde entonces Scaloni no le ha quitado del once. Frente a la 'tri' marcó el 2-0 a pase de Messi y lo celebró abrazándose con él. Cumplió el sueño de todo chaval argentino de su edad.

Cuando Messi ganó su primer Balón de Oro, Enzo tenía solo 8 años. Se enamoró como cualquier niño de su país del talento de Leo y sufrió con él cuando las cosas no le fueron bien. Tenía 15 cuando Messi, en 2016, dijo que se retiraba de la selección y le escribió una carta a corazón abierto que se leyó por toda Argentina: "Cómo te vamos a convencer nosotros que no pudimos entender que sos un ser humano", decía. Ahora le acompaña en el último Mundial de su carrera.

Messi, extramotivado y seguido hasta el final por sus compañeros. Devorador de récords, el rosarino atraviesa cada fecha con un registro nuevo. El de máximo goleador de Argentina, el de más Mundiales disputados, el capitán con más partidos... pero acelera al que más le importa, el título, el trofeo, la Copa.

El sueño continúa. Siempre que Argentina pisó las semifinales de un Mundial, llegó luego al partido por el título. Se volvieron a ilusionar, como dice su canción. Con Diego en el cielo y Leo en la tierra. Un culto que no se puede entender en ningún otro lugar del mundo.