Los jugadores de la selección española sub-21, durante un entrenamiento.

Los jugadores de la selección española sub-21, durante un entrenamiento. Federación española de fútbol

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Una sub-21 de Primera para recuperar el trono perdido

Con una plantilla llena de jugadores de primer nivel, España busca en el Europeo de Polonia su quinta corona tras cuatro años de malos resultados. 

17 junio, 2017 01:44

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Es leer los nombres de los futbolistas con los que se presenta España al Europeo sub-21 y sacar una conclusión automática: ese equipo no puede perder. Marco Asensio, Saúl Ñíguez, Gerard Deulofeu, Héctor Bellerín, Marcos Llorente, Denis Suárez, Sandro Ramírez, Mikel Oyarzabal, Jesús Vallejo, José Luis Gayá, Iñaki Williams, Borja Mayoral... No hay mejor acumulación de jóvenes en toda Europa.

Nunca España se había presentado a un Europeo sub-21 con tantos jugadores ya consolidados y en el primer plano del fútbol español. Atrás quedan los años en los que la selección española sub-21 estaba llena de futbolistas aún por destacar, talentos todavía por pulir. Ahora el combinado que entrena Albert Celades cuenta con campeones de Europa como Asensio, jugadores del Barcelona como Denis, otros del Atlético como Saúl, 'emigrantes' como Bellerín, Deulofeu, Vallejo o Mayoral, y jugadores ya asentados en la Liga española como Williams, Sandro o Marcos Llorente.

España comienza este sábado el Europeo sub-21 de Polonia (20:45 horas, Cuatro, ante Macedonia) con la obligación de ganar el torneo. No vale otra cosa. No hay selección que aglutine a futbolistas ya reconocidos en Europa y que tenga un papel tan claro de favorito. Alemania, Italia y Portugal, esta última en el grupo de España, son los únicos países que amenazan con quitar la quinta corona europea de una selección española que busca en Polonia recuperar viejas glorias.

Un Europeo para recuperar viejas glorias

Porque el primer filial de España viene de sus peores años de la última década, incapaz de haberse clasificado para el último Europeo de 2015 y los Juegos Olímpicos de 2016 y con el recuerdo del desastre en la cita olímpica de 2012. Albert Celades ha dado algo de sosiego a un equipo que la última vez que ganó algo fue el europeo de 2013, con Julen Lopetegui al frente. La marcha del actual seleccionador nacional al Oporto abrió las puertas a Celades, con el que tampoco se ha visto a una sub-21 fiable.

España llegó a este Europeo de Polonia por la vía de la repesca y sin ser capaz de ganar a Austria, su rival entonces. Empató 0-0 en Albacete e hizo bueno el 1-1 de la ida en Sankt Polten. En esa eliminatoria, como en la fase de clasificación, ya se pudo comprobar el descenso de nivel, inexplicable por el equipo que tiene, de un equipo que durante años fue el orgullo del fútbol español. Esta sub-21 era la única capaz de dar alegrías al fútbol español a nivel de selecciones, pero ahora, como la absoluta, están en una época de transición que no da resultados. España sub-21 tiene cuatro Europeos (1986, 1998, 2011 y 2013), a uno solo de Italia.

Esa Italia es la que también brinda a este Europeo ver a otro de los talentos del fútbol continental, el portero Donnarumma, que este jueves confirmó que no renovará con el Milan, abriendo la puerta a su salida del club. Está en la agenda del Madrid. También habrá que estar atentos al portugués Renato Sanches, campeón europeo absoluto el pasado año y por el que el Bayern pagó 35 millones. O al alemán Gnabry, del Werder Bremen, criado en el Arsenal y desde julio en el Bayern.

Pero, como decíamos, no hay selección que junte a tan buenos jugadores como España. Cada país tendrá su estrella y en el nuestro es difícil elegir a un líder porque más de la mitad son ya futbolistas reconocidos. El reto de Celades es conseguir que los nombres se conviertan en un equipo y ser capaz de formar un bloque por encima de las individualidades. Viendo esos nombres, a nadie le extrañaría que si jugaran en un club, ese equipo luchara por los puestos altos de la Liga española. Pero en la sub-21, por ahora, no han funcionado. 

Así es el modelo del Europeo sub-21

El funcionamiento del Europeo es algo más complejo que otras ediciones, ya que ha cambiado para esta cita. De los habituales ocho equipos que participan se han pasado a 12, divididos en tres grupos de cuatro. En el A, Polonia, Eslovaquia, Suecia e Inglaterra. En el B, España, Portugal, Serbia y Macedonia. Y en el C, Alemania, República Checa, Italia y Dinamarca. De la primera fase se pasa directamente a semifinales, a las que llegan el primer clasificado de cada grupo y el mejor segundo.

España jugará este sábado ante Macedonia (20:45), el martes 20 ante Portugal (20:45) y cerrará el grupo el viernes 23 contra Serbia (también 20:45). Sus sedes, Gdynia, para el primer y segundo partido, y Bydgoszcz, en el tercero. Ambas ciudades están al norte de Polonia, muy cercanas entre ellas. Las semifinales, las dos el martes 27, serán en Tychy y Cravovia y la final, el viernes 30, también en Cracovia. Todos los partidos serán en pequeños estadios que no superan los 20.000 espectadores.

Sin Mundial ni Eurocopa absolutos y con una Copa Confederaciones devaluada en la que además no participa España, el Europeo sub-21 se presenta como el gran atractivo del verano en el fútbol. Cogerá los focos para alargar la temporada y también tendrá un componente de futuro. Muchos de los que jueguen esta cita serán en los próximos años claves en sus selecciones nacionales.

Con ojeadores y directores deportivos por los campos de Polonia (es una oportunidad para cazar talentos antes de que se hagan estrellas), España está ante la obligación de recuperar sus éxitos de antaño en las categorías inferiores y demostrar que la cantidad de buenos jugadores que se han juntado en la selección también pueden funcionar.