Javier Tebas, presidente de LaLiga, en un acto

Javier Tebas, presidente de LaLiga, en un acto Europa Press

Fútbol

Tebas, retratado en los despachos: el Supremo tumba el reparto que dejó 88 millones fuera de Segunda y 8,8 millones de Barça y Madrid

El Tribunal Supremo anula la disposición que alteró el reparto audiovisual en 2015 y obliga a compensar también al FC Barcelona y los equipos de Segunda en aquel momento.

Más información: El Supremo da la razón al Real Madrid y da un duro golpe a LaLiga: tendrá que pagar "los 8,8 millones de los que fue privado"

Miguel García Caba
Publicada

La sentencia 1565/2025 del Tribunal Supremo ha borrado de un plumazo -y de 88 folios- la "Disposición Adicional Segunda" de los Estatutos de LaLiga. No había cobertura legal. No había habilitación normativa.

No había, en definitiva, Derecho. Y en ese terreno, el fútbol deja de ser relato para convertirse en responsabilidad.

El Real Madrid lo ha celebrado con la naturalidad de quien sabe que una cosa es gobernar el fútbol profesional y otra es hacerlo sin el respaldo del marco jurídico. Regularizar la temporada 2015-2016 exige devolver dinero. Y el dinero -a diferencia de las narrativas- siempre señala a alguien.

Una derrota en folios. Y en goles.

Porque esta vez no se discute un fuera de juego o un frame del VAR, sino la validez de un mecanismo estatutario diseñado por LaLiga para repartir ingresos audiovisuales de 2015-2016 al margen del régimen transitorio del Real Decreto-ley 5/2015. El Supremo lo expone sin metáforas: LaLiga no tenía permiso del legislador para crear ese carril paralelo. Lo que no puede hacerse, no se hace.

Con precisión casi quirúrgica, el Alto Tribunal evita entrar en la disputa sobre a quién favorecía. Eso es accesorio. Lo relevante es que la disposición estatutaria se apartó del marco legal sin autorización, y esa sola infracción basta para su anulación.

Y hay un añadido institucional especialmente incómodo: la aprobación por el CSD de ese cambio estatutario constituye acto administrativo y, por tanto, es revisable en vía contencioso-administrativa. No era una "homologación" privada; era ejercicio de potestad pública. Y cuando ésta se ejerce mal, los tribunales actúan. Como hoy.

Javier Tebas, presidente de la Liga, en un acto oficial

Javier Tebas, presidente de la Liga, en un acto oficial EFE

88 millones para Segunda

El Real Madrid aportó al debate lo que más incomoda en una discusión jurídica: las cifras. Según el reparto legalmente válido en 2015-2016 -60% para Primera, 40% para Segunda y distribución igualitaria dentro de cada categoría-, los clubes de Segunda dejaron de ingresar aproximadamente 88 millones de euros.

Conviene recordar quiénes eran aquellos clubes, porque detrás de cada uno hay una realidad económica y deportiva concreta: Alavés, Albacete, Alcorcón, Almería, Bilbao Athletic, Córdoba, Elche, Gimnàstic, Girona, Huesca, Leganés, Llagostera, Lugo, Mallorca, Mirandés, Numancia, Osasuna, Ponferradina, Oviedo, Tenerife, Valladolid y Zaragoza.

No hablamos de teoría jurídica: hablamos de límites salariales, mercados de invierno que no se pudieron afrontar, canteras que se ajustaron. La aritmética también compite.

¿Quién devuelve el dinero?

El Real Madrid cifra su perjuicio en 8,8 millones; el FC Barcelona, en una cantidad equivalente. Pero la cuestión no está en los dos grandes: está en el resto.

LaLiga ha intentado encapsular la discusión en el pasado -nueva Ley del Deporte, reforma estatutaria de 2022, disposición ya derogada-. Pero incluso siguiendo esa narrativa, hay una verdad irrebatible: si se recalcula el reparto de 2015-2016, alguien debe devolver la diferencia.


Y esa diferencia, por pura aritmética, procede de quienes más cobraron entonces: los clubes de Primera División de esa temporada. Atlético, Sevilla, Villarreal y otros podrían verse obligados a ajustar su saldo si la regularización se ejecuta. No es una acusación. Es Excel.

LaLiga presume de que el Supremo valida el artículo 50 de sus Estatutos -la cuenta operativa y los mecanismos de compensación interna-. Bien. Pero eso solo agrava el escenario: si existe un canal para compensaciones, entonces la pregunta deja de ser teórica.
¿Quién es deudor? ¿Quién es acreedor? ¿Y cómo se liquida?

En Derecho, las consecuencias también se pagan.

El método Tebas, ante el espejo: la fragilidad que no se quería ver

Y aquí aparece la pieza que faltaba para completar la fotografía del día: 
"Resulta llamativo que Javier Tebas, abogado de formación y presidente por ambición, haya arrastrado una y otra vez a la institución que preside en los juzgados… y que en todos ellos haya terminado exhibiendo lo que nunca quiso mostrar: la fragilidad jurídica de sus decisiones."

La herida para Tebas no es solo perder un pleito: es perder el relato del control. Perder la presunción de que su modelo normativo es infalible. Porque cuando el Supremo afirma que una disposición carecía de cobertura legal, lo que está diciendo -sin necesidad de subrayarlo- es que LaLiga no puede legislar al margen del legislador.

Para los clubes habitualmente perjudicados, el mensaje es claro:
si te cambian las reglas sin respaldo legal, hay partido en los tribunales.

Para el Real Madrid, el mensaje es incluso más nítido: quien gana la sentencia gana el tiempo y la agenda.

El desenlace: rehacer cuentas

El Tribunal Supremo firma. Pero el coste reputacional cae en un único despacho: el de la presidencia de LaLiga. Porque todo desemboca en la misma pregunta -silenciada en público, repetida en privado-: ¿Quién devuelve los 88 millones a la Segunda División y los 16,6 millones al FC Barcelona y al Real Madrid?

Cuando llega el momento de rehacer cuentas, el fútbol deja de ser épica y vuelve a su esencia más antigua: la responsabilidad por lo cobrado de más. Y esa, a diferencia de los discursos, no acepta maquillaje.

* Miguel García Caba es profesor de Derecho Administrativo y académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación