Un árbitro revisa una jugada en el FVS de Primera RFEF.

Un árbitro revisa una jugada en el FVS de Primera RFEF. UNIONISTAS CF

Fútbol

FVS, el VAR 'de mentira' que exaspera al fútbol modesto con sus decisiones: "Genera una pérdida de confianza absoluta"

El rudimentario sistema de videoarbitraje que se ha implantado en Primera RFEF genera mucha más confusión y enfado entre clubes, jugadores, entrenadores y aficionados.

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Con la llegada de la nueva temporada la Real Federación Española de Fútbol anunció un cambio radical para una de sus competiciones estrella, la Primera RFEF. Se atrevió a implementar una ayuda de videoarbitraje para los colegiados de campo y que así tuvieran una perspectiva aumentada a la hora de tomar las decisiones más complicadas.

No era el VAR, su denominación oficial fue el FVS (Football Video Support). Tres siglas que para la mayoría de los 40 equipos que militan en esta competición se han convertido en una auténtica pesadilla.

Si ya el VAR genera controversia y discusión en el fútbol profesional con el soporte de decenas de cámaras de televisión, imagínense lo que supone un 'VAR low cost', apoyado simplemente en cuatro o cinco enfoques distintos. 

No hay jornada en esta categoría exenta de una gran polémica por las decisiones arbitrales en acciones que son revisadas en el monitor. Muchas de ellas acciones grises que son imposibles de descifrar con los escasos recursos de este FVS.

Tiempos de revisión interminables, incertidumbre total en el espectador al no saber qué se está revisando... y hasta comunicados de algunos clubes contra el Comité Técnico de Árbitros después de uno de los casos más flagrantes del año este pasado fin de semana.

El VAR de los pobres

Este FVS nació con la buena intención de dotar a los árbitros de una ayuda extra para la toma de decisiones más complicadas. Sin embargo, lejos de caer de pie en la categoría, la mayoría de las voces claman en contra de este sistema. 

El problema está en los escasos recursos con los que cuenta este FVS, algo que ha desembocado en el aumento de la polémica. 

Los partidos de Primera RFEF distan mucho de tener el despligue de medios con el que cuenta un encuentro de Primera División. Mientras que para el fútbol profesional son decenas de cámaras las que captan cada detalle -y a veces resulta complicado verlo todo-, en el tercer escalón del fútbol nacional habitualmente los focos se reducen a cuatro.

Lo más normal es que las productoras acudan a los estadios con una cámara máster para el tiro principal, otra para planos cortos, y dos más a la altura del fuera de juego. Muy pocas perspectivas para acciones que requieren de muchos más puntos de vista para observar todos los ángulos.

El resultado de todo esto es que la crispación ha crecido y las discusiones arbitrales son mucho más grandes. Ahí surge la duda de la conveniencia de haber instalado un sistema insuficiente que, lejos de esclarecer, embarra más.

Confusión en el espectador

El FVS se mete por reglamento a revisar todos los goles que se den en un partido. Desde hace unas semanas esta revisión la hace el cuarto árbitro para tratar de agilizar los tiempos de espera.

Al margen, los entrenadores tienen dos oportunidades para solicitar una revisión al colegiado de campo en el caso de posible penalti, una expulsión o una confusión de identidad de alguno de los futbolistas. 

La teoría no es muy vasta en ese sentido, pero aún así cada jornada se ven caras de incredulidad en los espectadores que no saben muy bien qué es lo que revisa en determinados momentos. Ni la retransmisión de televisión lo anuncia a través de rótulos, ni en los estadios se informa de ello. 

Por si fuera poco, las escasas tomas de las que disponen los árbitros para poder cerciorarse de lo que ha sucedido en una jugada hace que los tiempos de espera se multipliquen. Cada revisión se dilata varios minutos, y eso genera cortes interminables en el juego y, por ende, tiempos de añadido eternos.

Ya es habitual que en Primera RFEF una buena cantidad de partidos cada jornada lleguen a los 100 minutos si el FVS ha tenido que entrar en acción. 

Un duro comunicado

El caso más flagrante de esta jornada en Primera RFEF se vivió en el partido entre el Ourense CF y Unionistas de Salamanca. El duelo se saldó con una polémica victoria para los gallegos, que anotaron los goles del triunfo en los minutos 99 y 102. 

En este choque hubo un gol anulado al equipo charro por una supuesta mano, otro gol concedido al Ourense en el que se reclama mano previa, y una expulsión a uno de los jugadores de Unionistas de Salamanca.

La actuación arbitral de Roberto Gonzalo Sánchez indignó al club salmantino, ya no por sus errores de interpretación, sino por la forma de proceder y de aplicar el reglamento a seguir. Unionistas CF emitió un durísimo comunicado cuestionando el procedimiento, solicitando una explicación al CTA y pidiendo que ese colegiado no vuelva a arbitral al equipo durante este curso.

"Nuestra solicitud es la de obtener por parte del Comité Técnico de Árbitros una respuesta sobre las profundas y graves deficiencias técnicas y procedimentales en la aplicación del sistema Football Video Support (FVS) que, a nuestro juicio, vulneran el protocolo fijado por la propia RFEF y por los estándares internacionales IFAB/FIFA", escribió Unionistas de Salamanca.

El equipo blanquinegro mostró su enfado por un cambio de criterio arbitral para anular un gol sin imágenes claras, por la denegación de la solicitud de revisión en un gol del Ourense CF,  y por otro "no" a la revisión de la expulsión sufrida. 

Solicitudes a las que el colegiado, teniendo Unionistas de Salamanca todavía la opción de solicitar la revisión, no podía negarse por reglamento, y sin embargo hizo oídos sordos.

"La acumulación de errores técnicos, la incorrecta aplicación del protocolo FVS y la denegación de procedimientos reglamentarios generan una pérdida de confianza absoluta por parte de Unionistas en la capacidad del árbitro designado en este partido para dirigir encuentros de nuestro club", comentaron en el club.

Ese es tan sólo el último caso claro que ha removido los cimientos de la Primera RFEF como consecuencia de un videoarbitraje todavía en pañales. Un 'VAR de mentira' que cada fin de semana sacude la confianza de los aficionados.