Lamine Yamal, durante El Clásico con los jugadores del Real Madrid celebrando de fondo

Lamine Yamal, durante El Clásico con los jugadores del Real Madrid celebrando de fondo Reuters

Fútbol

Lamine Yamal se hace pequeño en El Clásico: incendiario fuera, intrascendente dentro y protagonista negativo del duelo

La joven estrella del Barcelona se quedó 'muda' en el césped del Bernabéu tras una semana llena de polémica provocada por él.

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Hasta ahora a Lamine Yamal le había salido bien la apuesta de hablar de más antes de las grandes citas. Con la Selección y con el Barça. Sin embargo, El Clásico de este domingo dejó una lección para él: no es compatible ser incendiario fuera del campo y mostrarse intrascendente dentro de él.

El Bernabéu se convirtió en un polvorín de emociones, pero no por las razones que Lamine imaginó. La joven estrella culé llegó al coliseo blanco entre estruendos mediáticos, revestido de provocación y cargado de mensajes desafiantes que encendieron la previa del partido más importante del año.

Pero cuando las luces del foco dejaron de ser las de las cámaras para transformarse en las del estadio, Lamine quedó completamente desconectado, invisible en el terreno de juego y convertido en el gran protagonista negativo de un Clásico que terminó con victoria del Real Madrid por 2-1.

La polémica había comenzado días antes del encuentro. En una transmisión de la Kings League junto al streamer Ibai Llanos y el exjugador del Barcelona Gerard Piqué, Lamine lanzó un dardo envenenado al eterno rival: "Roban, se quejan...", declaró entre risas cuando se le preguntó si el equipo rival de su nueva franquicia en la competición se parecía al Madrid.

Lamine no se conformó con eso. A pocas horas del partido, subió a sus redes sociales un vídeo motivacional con un mensaje claro y desafiante: "El miedo lo dejé en Mataró hace tiempo".

Además, publicó una imagen suya celebrando un gol al Madrid en el Bernabéu, con la afición blanca increpándole desde la grada en primer plano. El mensaje era obvio: llegaba sin complejos, dispuesto a repetir la historia de dominio que el Barcelona había impuesto la temporada anterior, con cuatro victorias consecutivas en los Clásicos.

En el vestuario madridista, el cansancio ante la actitud del joven futbolista ya era evidente. Jugadores como Carvajal y Vinicius tenían muy presente cada una de sus declaraciones y provocaciones, y la grada del Bernabéu también había tomado nota. Desde el calentamiento, cuando se anunció su nombre por megafonía, el estadio entero le abucheó con una intensidad que marcó el ambiente del encuentro.

La sonora pitada a Lamine Yamal en el Bernabéu antes de El Clásico

Si las palabras previas fueron incendiarias, el rendimiento dentro del campo fue todo lo contrario: tibio, errático y completamente intrascendente. Lamine, que había marcado tres goles y dado dos asistencias en sus seis Clásicos anteriores, no pudo superar en ningún momento a Álvaro Carreras, el lateral del Real Madrid que lo anuló con autoridad durante los 90 minutos.

El joven extremo apenas completó cuatro regates de ocho intentados, perdió 22 posesiones y terminó con solo dos remates —ninguno a puerta—, uno de ellos una rosca que se marchó fuera por poco en el primer tiempo.

Las estadísticas no mienten: Lamine tuvo 79 toques de balón, completó 44 de 55 pases (80%), pero su aportación ofensiva fue mínima. Con solo 0.02 de goles esperados (xG) y 0.37 de asistencias esperadas (xA), el atacante culé estuvo lejos de ser el jugador diferencial que se esperaba.

Vinicius, uno de los que luego le recriminaría sus declaraciones, incluso le espetó durante el partido: "Solo pases atrás, solo pases atrás", según captaron las cámaras de DAZN.

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Marcus Sorg, segundo entrenador del Barcelona que sustituyó al sancionado Hansi Flick en el banquillo, intentó justificar el bajo rendimiento del jugador: "Puede ser que le haya afectado el ambiente. Quizá un poco. Porque está aprendiendo a lidiar con el público, los silbidos... No fue muy fácil para él".

Sorg también recordó que Lamine viene de una lesión en el pubis y necesita recuperar ritmo: "Después de la lesión, necesita ritmo, partidos... Es normal. Tiene 18 años y hay que darle tiempo y ayudarle".

Carvajal y el ajuste de cuentas

Si el partido fue duro para Lamine, el final fue devastador. Al pitido, con el Real Madrid celebrando una victoria vital que les ponía cinco puntos por delante en la tabla, Carvajal fue directo a buscar al joven barcelonista.

El capitán blanco, recién ingresado al campo en sustitución de Valverde, le hizo un gesto con la mano y le espetó: "Hablas mucho". La respuesta de Lamine fue airada: "Vamos a hablar dentro", le replicó, como retándolo a una pelea fuera de la cancha.

La escena desató el caos. Camavinga tuvo que separar a Lamine, mientras Casadó acudía en defensa de su compañero y Courtois se sumaba al bando madridista. Vinicius, que había sido sustituido y estaba en el banquillo, también se acercó a lanzar ataques. La trifulca fue tal que intervino algún agente de policía para separar a los jugadores y evitar que la situación escalara.

Frenkie de Jong, capitán del Barcelona en ausencia de otros líderes, salió en defensa de su compañero en zona mixta: "Vi cuando el árbitro pitó el final que había jugadores del Real Madrid corriendo hacia Lamine. Fue un poco exagerado todo, pero es cosa de ellos y ellos sabrán por qué lo hicieron".

De Jong también criticó directamente a Carvajal: "Le puede hablar por privado si le conoce y no hacer gestos. O llamar por teléfono". Sobre las palabras de Lamine en la Kings League, De Jong minimizó: "No ha dicho que roba, directamente no. Está en la Kings League, le crean algo, y yo no le he escuchado diciendo eso. Es muy exagerado y puedo entender que estén enfadados, pero no ha sido tan grande".

El mensaje de Bellingham

La respuesta del Real Madrid no se limitó al campo. Jude Bellingham, autor de un gol y una asistencia y la gran figura del partido, lanzó un dardo a través de sus redes sociales. Junto a una foto suya celebrando el tanto del 2-1, escribió: "Hablar es barato. Hala Madrid siempre".

Además, añadió a sus historias de Instagram la canción de Elvis Presley 'A Little Less Conversation' (Un poco menos de conversación), en una clara referencia irónica a las palabras de Lamine en la previa. El inglés, que había sido decisivo tanto en ataque como en lectura táctica, no necesitó más palabras para zanjar el debate: el fútbol se juega en el césped, y allí el Madrid había sido superior.

Aurelién Tchouaméni, por su parte, mostró una actitud más relajada: "A mí me gusta eso, al final del partido hemos visto un poquito de cosa entre los jugadores, nos ayudamos a competir. Me gusta, si Lamine quiere hablar no hay problema, el partido se juega en el campo y hemos ganado".

El padre de Lamine Yamal, Mounir Nasraoui, también quiso dejar su impronta en redes sociales tras el incidente. Publicó una foto de su hijo en la Kings League acompañada de una frase: "Menos mal que solo tiene 18 años. Nos vemos en Barcelona".

Un mensaje que intentaba restar importancia a lo sucedido pero que, al mismo tiempo, alimentaba la polémica de cara al próximo Clásico en el Camp Nou. Los números de Yamal en el Santiago Bernabéu son demoledores: apenas un gol en sus visitas al coliseo blanco, muy lejos del rendimiento que exhibe en otros escenarios.

El mensaje de Mounir Nasraoui, padre de Lamine Yamal, tras El Clásico

El mensaje de Mounir Nasraoui, padre de Lamine Yamal, tras El Clásico

Un talento en construcción

Lamine Yamal es, sin duda, uno de los talentos más brillantes del fútbol europeo. A sus 18 años recién cumplidos, ha acumulado experiencias que la mayoría de futbolistas no viven en toda su carrera.

Sin embargo, este Clásico dejó una lección clara: las palabras deben estar respaldadas por el rendimiento en el campo, y la presión de un estadio hostil puede ser tan determinante como la calidad técnica.

Sorg insistió en que el jugador está en un proceso de aprendizaje: "Jugaron dos contra uno contra él, pero es normal. Es joven, tiene que mejorar y nosotros le ayudaremos".

Lamine Yamal, cabizbajo durante El Clásico

Lamine Yamal, cabizbajo durante El Clásico Reuters

La marca de Carreras y el apoyo constante de los mediocentros blancos anularon por completo al extremo culé, que no encontró espacios ni ritmo durante todo el encuentro.

El Barcelona, que cayó derrotado 2-1 con goles de Mbappé y Bellingham, se aleja a cinco puntos del liderato y ve cómo el Real Madrid rompe una racha de cuatro Clásicos consecutivos perdidos. El próximo capítulo de esta historia se escribirá en Barcelona, donde Lamine tendrá la oportunidad de reivindicarse.

Pero hasta entonces, el recuerdo de este 26 de octubre quedará como una lección de humildad para un talento que, pese a su inmensa calidad, aún tiene mucho que aprender sobre el peso de las palabras y la importancia de hablar con los pies en el terreno de juego.