Mbappé, en la llegada del Real Madrid a Almaty

Mbappé, en la llegada del Real Madrid a Almaty Real Madrid

Fútbol

El viaje del Real Madrid hacia el fútbol soviético: Kairat Almaty, símbolo kazajo en la URSS y el principio de la independencia

El club blanco, a casi 7.000 kilómetros de casa, se mide este martes en la Champions League a un equipo 'desconocido' con gran trasfondo histórico.

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El Real Madrid emprendió el domingo el viaje más oriental en competición europea de su historia, con destino a Almaty (Kazajistán), donde enfrentará al FC Kairat en el partido más alejado geográficamente jamás disputado en la Champions League.

Casi 7.000 kilómetros separan Madrid de la antigua capital de Kazajistán —su metrópolis más grande actualmente—, un trayecto que trasciende lo meramente deportivo para adentrarse en las profundidades de la historia soviética y el nacimiento de una nación.

El Kairat Almaty no es un club cualquiera. Fundado en 1954 sobre las cenizas del Dinamo Alma-Ata, su historia está íntimamente ligada a la política soviética y a figuras legendarias del fútbol de la URSS.

Nikolai Starostin, conocido como 'el padre del fútbol soviético' y fundador del Spartak de Moscú, fue quien desarrolló los cimientos del club kazajo tras su exilio en Asia Central por orden de las autoridades comunistas.

La dramática vida de Starostin refleja las contradicciones del sistema soviético: arrestado en 1942 y enviado al Gulag, el fútbol le salvó la vida cuando las autoridades carcelarias le pidieron entrenar equipos locales del Dinamo.

Tras ser llamado a Moscú por Vasili Stalin —hijo de Iósif Stalin— en 1948 para entrenar al equipo de la Fuerza Aérea Roja, los conflictos políticos lo llevaron nuevamente al exilio, esta vez para fundar el moderno Kairat.

Su asistente, Arkady Khokhman, se convirtió en el primer entrenador del club, mientras Starostin regresó a Moscú en 1954 como presidente del Spartak, dejando un legado imborrable en tierras kazajas.

Estatua de Nikolai Starostin en el estadio del Spartak de Moscú

Estatua de Nikolai Starostin en el estadio del Spartak de Moscú

El nombre 'Kairat', que significa "coraje" en kazajo, no fue casualidad. Dinmukhamed Kunayev, entonces líder de la República Socialista Soviética de Kazajistán, influyó personalmente en su elección, buscando crear símbolos nacionales kazajos dentro del sistema soviético.

Kunayev se convertiría posteriormente en el primer kazajo elegido al Politburó del Partido Comunista de la URSS en 1971, convirtiéndose en una figura clave de la política soviética y aliado de Leonid Brezhnev.

La construcción del Estadio Central de Almaty también tiene conexiones políticas directas: fue el propio Brezhnev, entonces líder de la república kazaja, quien inició su construcción en 1956 y eligió personalmente su ubicación.

El arquitecto Adambay Kapanov tomó como modelo el Estadio Luzhniki de Moscú, creando una versión más pequeña que fue apodada el 'Pequeño Luzhniki', símbolo de la conexión entre la capital y la periferia soviética.

El estadio Central del Kairat Almaty, en la actualidad

El estadio Central del Kairat Almaty, en la actualidad EFE

El Kairat se convirtió en el único representante de Kazajistán en la Liga Superior Soviética, permaneciendo 24 temporadas en la máxima categoría, un récord para un equipo de Asia Central que lo consagró como 'El Equipo de la Nación'.

Su mejor posición histórica fue el séptimo lugar en 1986, año que curiosamente marcó el principio del fin de la era soviética en Kazajistán y el inicio de los eventos que llevarían a la independencia nacional.

El estilo defensivo del equipo durante la era soviética era tan característico que la prensa y aficionados lo bautizaron como 'Hormigón de Kairat', un apodo que perduró décadas y reflejaba su filosofía táctica ultradefensiva.

Esta táctica, aunque efectiva, también resultó en debilidades ofensivas y una pobre tasa goleadora que limitó sus aspiraciones en el máximo nivel del fútbol soviético, reflejando las limitaciones de un enfoque excesivamente conservador.

Un logro poco conocido es que el Kairat se convirtió en el primer equipo soviético asiático en ganar un torneo europeo cuando derrotó al Rapid Bucarest en la final de 1971 de la Copa Europea de Ferrocarriles.

El club formaba parte de las Sociedades Deportivas Voluntarias de la URSS, organizaciones vinculadas a industrias específicas. El Kairat estaba asociado originalmente a la agricultura, reflejado en su primer escudo con coronas de trigo.

Zheltoqsan, el inicio de la independencia

En 1986, Mijail Gorbachov destituyó abruptamente a Kunayev y lo reemplazó por Gennady Kolbin, un ruso sin raíces kazajas, decisión percibida como una imposición centralista que ignoraba la identidad nacional kazaja cultivada durante décadas.

La destitución de Kunayev desencadenó los 'Eventos de Diciembre' del 16 de diciembre de 1986, cuando miles de jóvenes y estudiantes salieron a las calles de Almaty en la primera protesta masiva contra el poder soviético.

Estos disturbios, conocidos como Zheltoqsan en kazajo, fueron duramente reprimidos pero dejaron una huella profunda en la memoria nacional, convirtiéndose en el germen del despertar nacionalista que culminaría con la independencia en 1991.

Imagen promocional del partido entre el Kairat y el Real Madrid en las calles de Almaty

Imagen promocional del partido entre el Kairat y el Real Madrid en las calles de Almaty EFE

El FC Kairat, como símbolo cultural y deportivo vinculado a Kunayev, se transformó involuntariamente en espacio de resistencia y memoria para el pueblo kazajo, trascendiendo su función puramente futbolística para convertirse en emblema nacional.

Una curiosidad única del club es la tradición de sus aficionados de llevar cepillos de dientes gigantes durante los partidos, costumbre que comenzó en los años 1970 cuando simulaban tener micrófonos mientras cantaban.

Hoy, el club sigue siendo el único privado de Kazajistán, propiedad del empresario Kairat Boranbayev, quien posee el 70% de las acciones y mantiene una fuerte conciencia ecológica derivada del pasado nuclear soviético del país.

El equipo que recibirá al Real Madrid este martes incluye joyas como Dastan Satpaev, delantero de 17 años ya fichado por el Chelsea por cuatro millones de euros, y Sherkhan Kalmurza, portero de 18 años.

Dastán Satpáyev, durante un partido con el Kairat Almaty

Dastán Satpáyev, durante un partido con el Kairat Almaty EFE

La crisis de porteros del Kairat refleja su espíritu luchador: Aleksandr Zarutskiy está lesionado y Temirlan Anarbekov, héroe de la clasificación contra el Celtic tras parar tres penales, sufre una fractura de mandíbula.

Anarbekov, valorado en solo 200.000 euros, era el segundo portero y solo jugó porque Zarutskiy se lesionó en la cabeza durante el partido de ida contra el Celtic, convirtiéndose inesperadamente en héroe nacional.

El encuentro se disputará en el Estadio Central que albergó los sueños soviéticos de Kunayev y Brezhnev, con capacidad para 23.804 espectadores y situado al pie de la cordillera Trans-Ili Alatau, ofreciendo un telón montañoso único.

El club solo adquirió la propiedad del estadio en 2015 a cambio de que el consejo de Almaty obtuviera una participación del 30% en el club, reflejando las complejas relaciones público-privadas en el Kazajistán moderno.

Xabi Alonso, este martes en el estadio del Kairat Almaty

Xabi Alonso, este martes en el estadio del Kairat Almaty EFE

Este partido de Champions League representa mucho más que un enfrentamiento deportivo: es el encuentro entre la historia europea y la memoria soviética, entre el presente del fútbol mundial y el pasado de un imperio desaparecido.

Cuando Mbappé, Vinicius o Bellingham pisen el césped de Almaty, estarán pisando también la historia de un club que fue símbolo nacional, testimonio de resistencia y, finalmente, precursor involuntario de la independencia de una nación.

El viaje del Real Madrid hacia el este no es solo geográfico, sino temporal: un regreso a los ecos del fútbol soviético donde el Kairat Almaty sigue siendo el guardián de una memoria que trasciende los 90 minutos de juego.