El Maccabi Tel-Aviv celebra el título de la liga israelí 2024/25

El Maccabi Tel-Aviv celebra el título de la liga israelí 2024/25 Maccabi Tel-Aviv

Fútbol

Maccabi Tel-Aviv, el único equipo israelí que disputará competiciones UEFA este año y seguirá en el exilio serbio

El club israelí afrontará la Europa League lejos de casa, con un calendario exigente y bajo un clima hostil en varios desplazamientos europeos.

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El Maccabi Tel-Aviv, el conjunto de la capital israelí, será el único representante de su fútbol en las competiciones europeas tras superar las fases previas y obtener su billete para la UEFA Europa League.

Sin embargo, su participación estará marcada por un contexto político y social que trasciende lo deportivo: la prohibición de la UEFA de organizar partidos en Israel continúa vigente desde 2023, lo que obligará al club a disputar sus encuentros como local en Serbia.

La decisión de la UEFA responde a la guerra en la región y a la imposibilidad de garantizar la seguridad de jugadores, aficionados y organizadores. Desde entonces, los equipos israelíes han tenido que mudarse de manera forzosa a sedes neutrales.

Serbia, con el Rajko Mitic Stadium de Belgrado y la TSC Arena de Backa Topola, se ha convertido en refugio recurrente, aunque en el pasado Chipre y Hungría también han acogido compromisos de este tipo.

Calendario con obstáculos

El calendario de la fase de liga de la Europa League para el Maccabi Tel-Aviv es exigente. Como visitante, abrirá el 24 de septiembre en Tesalónica contra el PAOK, antes de visitar al Aston Villa en Birmingham el 6 de noviembre.

Más tarde, viajarán a Stuttgart en Alemania el 11 de diciembre y finalmente a Friburgo el 22 de enero de 2026. Todos estos viajes implican no solo la dificultad de enfrentarse a rivales de nivel, sino también un riesgo añadido por el clima social y político en sus respectivos países.

En condición de local, aunque en territorio serbio, recibirá al Dinamo Zagreb (2 de octubre), al Midtjylland danés (23 de octubre), al Lyon francés (27 de noviembre) y cerrará contra el Bologna italiano (29 de enero de 2026).

Estos encuentros se desarrollarán en un ambiente más controlado, aunque la distancia geográfica dificulta la asistencia de su hinchada y diluye el tradicional "factor campo".

Hostilidad creciente

El partido inaugural en Grecia es uno de los más delicados. Este año, el país heleno ha vivido protestas masivas contra Israel en más de 100 ciudades y en lugares estratégicos como el puerto del Pireo, donde activistas bloquearon cargamentos militares con destino a Tel Aviv.

Las consignas de "Sionistas no bienvenidos" reflejan un rechazo que podría trasladarse a los aledaños del estadio del PAOK en Tesalónica.

El viaje a Inglaterra también genera inquietud. En el Reino Unido, las protestas de colectivos propalestinos han llevado a cerca de 900 arrestos en Londres este año.

Manifestaciones frente a fábricas de armamento, incidentes en actos deportivos y un récord de denuncias por antisemitismo hacen que la visita a Birmingham contra el Aston Villa esté bajo vigilancia especial.

En Alemania, los compromisos en Stuttgart y Friburgo llegan en un país donde conviven manifestaciones pro-palestinas y pro-israelíes.

Aunque no se han registrado incidentes recientes en esas ciudades, los estadios germanos han sido escenario de insultos y pancartas de carácter antisemita contra futbolistas israelíes en temporadas anteriores.

Ámsterdam, lo cambió todo

El recuerdo más reciente y dramático es el de Ámsterdam en noviembre de 2024, tras un partido entre el Ajax y el Maccabi Tel-Aviv.

Aquella noche, hinchas locales y grupos propalestinos atacaron a aficionados israelíes en el centro de la ciudad.

Grupos pro palestinos corren por las calles de Ámsterdam.

Grupos pro palestinos corren por las calles de Ámsterdam. EUROPA PRESS

La violencia dejó 62 detenidos, cinco hospitalizados y escenas de persecución callejera que obligaron a desplegar refuerzos policiales de urgencia. El caso fue tan grave que el propio gobierno de Israel fletó aviones para repatriar a los hinchas.

Ese episodio marcó un antes y un después. Desde entonces, las autoridades locales de cada país que recibe a equipos israelíes redoblan las medidas de seguridad.

Para el Maccabi Tel-Aviv, cada desplazamiento europeo se ha convertido en un operativo de riesgo, con hoteles blindados, traslados bajo fuerte custodia y restricciones a los movimientos de sus aficionados.

El precedente de La Vuelta

Lo sucedido recientemente en España durante la Vuelta ciclista confirma que el deporte europeo no puede abstraerse del contexto político.

Manifestaciones en muchas de las etapas obligaron a reforzar la seguridad y a aislar a los corredores rodeados de un gran ambiente hostil que se visualizó a lo grande en la última etapa del pasado domingo en Madrid.

Para el Maccabi Tel-Aviv, esta Europa League no será solo un reto deportivo, sino una prueba de supervivencia institucional.

Su exilio en Serbia priva al equipo de la conexión con su afición y le obliga a convivir con viajes largos y un calendario marcado por desplazamientos tensos.

El recuerdo de Ámsterdam es una advertencia de lo que puede suceder si las autoridades no refuerzan los dispositivos de seguridad.

Más allá de su rendimiento deportivo, cada partido será un examen para la UEFA, los estados anfitriones y la propia capacidad del deporte de mantener un mínimo de normalidad en medio de una crisis internacional que no da tregua.