Mohamed Abou-Naga. Instagram
Muere Mohamed Abou-Naga, el portero de la selección de Egipto, a los 36 años tras sufrir una afección hepática
El jugador africano había sido sido hospitalizado por complicaciones digestivas y hepáticas que derivaron en un diagnóstico de ictericia.
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El fútbol africano está de luto después de que la Asociación Egipcia de Fútbol haya anunciado el fallecimiento de Mohamed Abou-Naga "Bonga", el portero del club Wadi Degla e internacional con su selección.
"El presidente de la Asociación Egipcia de Fútbol, Hany Abo Rida, los miembros de la Junta Directiva, el director ejecutivo, el personal técnico de las selecciones nacionales y los empleados de la Asociación lloran la muerte de Mohamed Abou El Naga 'Bonga', portero del la selección nacional y del Club Wadi Degla", comunicó la entidad en redes sociales.
El jugador había sido hospitalizado recientemente por complicaciones digestivas y hepáticas que derivaron en un diagnóstico de ictericia. Aunque su estado se estabilizó brevemente, el viernes fue trasladado nuevamente a cuidados intensivos, donde falleció este sábado.
Con 29 partidos disputados la pasada temporada, "Bonga" fue una figura clave en el ascenso del Wadi Degla a la Premier League egipcia -la primera división del país árabe-, tras cuatro años de ausencia en la máxima categoría.
Fue convocado el pasado mes de febrero por el seleccionador egipcio Wael Riad para los partidos de la selección del país árabe en la clasificación del Campeonato Africano de Naciones. Anteriormente, defendió los colores de los clubes egipcios Petrojet y Al Merreikh.
Una afección hepática
Mohamed Abou-Naga tenía problemas en el hígado, aunque algunas afecciones pueden no dar síntomas en etapas iniciales y solo se detectan mediante análisis de sangre o estudios de imagen.
Las consecuencias varían desde leves (inflamación temporal) hasta graves (cirrosis o cáncer hepático). Una afección hepática es cualquier alteración, daño o enfermedad que impide que el hígado funcione adecuadamente o deteriora su capacidad de realizar sus funciones normales.
Cada año, más de 1,3 millones de personas mueren en el mundo a causa de enfermedades hepáticas, principalmente por complicaciones asociadas a hepatitis virales crónicas como la cirrosis y el cáncer de hígado.
Estas cifras reflejan tanto la dificultad de acceso al diagnóstico y tratamiento en muchas regiones, como la importancia de la prevención, la vacunación (especialmente contra la hepatitis B) y el control de las infecciones crónicas.
