Mbappé celebra el gol ante el Barça en la final de la Copa del Rey.

Mbappé celebra el gol ante el Barça en la final de la Copa del Rey. Reuters

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El Real Madrid despertó de su letargo por medio de Mbappé: el líder de un equipo que esta temporada no está a la altura

El francés revolucionó la final de la Copa del Rey con su entrada al campo en el descanso, pero su irrupción fue en vano con la derrota ante el Barça.

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La actuación del Real Madrid en la final de la Copa del Rey fue el fiel reflejo de lo que está siendo la temporada del equipo: sin buen juego, basa los resultados en la calidad de sus estrellas para desatascar los partidos. Sin embargo, cuando estos jugadores no tienen el día, ya no hay nada que hacer, como se pudo ver en la eliminatoria ante el Arsenal.

Ancelotti estuvo desesperado durante los primeros 45 minutos que realizaron sus jugadores sobre el césped de La Cartuja, pero terminó el partido orgulloso de su plantilla y convencido de haberse podido alzar con el título. El equipo mejoró en la segunda parte desde la entrada al campo de Mbappé y confirmó su superioridad con Modric y Arda Güler.

El francés revolucionó el partido a pesar de no estar al 100% ya que venía de la lesión que sufrió ante el Arsenal. El esguince leve en su tobillo derecho le mantuvo apartado de los terrenos de juego ante el Athletic Club y el Getafe en La Liga, pero regresó para la final de Copa y acabó siendo el mejor.

El Real Madrid le puso una marcha más al partido tras el descanso y Mbappé se encargó de vestirse de superhéroe. En apenas unos minutos ya demostró más que Rodrygo durante toda la primera parte, por lo que el cambio de Ancelotti llegó en el momento justo.

Mbappé contagió a sus compañeros puesto que Bellingham empezó a robar los balones que no había hecho durante los primeros 45 minutos y Vinicius tuvo más protagonismo en ataque. El resultado fue la remontada en el partido que permitió acariciar la Copa, pero todo el buen trabajo se echó a perder con el gol de Ferran Torres en el 84'.

La mejoría del Real Madrid

Con el pitido inicial, la final empezó según el guion de partido previsto. El Barça se hizo dueño y señor del balón y las ocasiones no tardaron en llegar. La sensación de superioridad fue abrumadora, aunque a diferencia de los dos Clásicos anteriores, el Real Madrid estuvo más organizado en defensa, aunque sin amenazar la portería de Szczesny.

El gol de Pedri hizo justicia sobre el terreno de juego y encendió la luz de alarma de un equipo que reaccionó antes de llegar al descanso y confirmó la mejoría tras el paso por los vestuarios. Si bien en la primera parte el Real Madrid no se presentó a la final, en la segunda mitad se agigantó y sometió al Barça, un equipo que no está acostumbrado a sufrir esa inferioridad.

Ancelotti dio de lleno en la diana con unos cambios que llegaron mucho antes de lo que el italiano acostumbra. Con Mbappé, Arda Güler y Modric, el Real Madrid fue otro y dio la vuelta a la final.

En las grandes noches aparecen las estrellas y la irrupción del delantero francés evidenció por qué es el mejor del equipo de largo. Su impacto en el partido fue inmediato y a partir de sus arrancadas empezó a crecer el Real Madrid en la final. Tras ser pitado en el Santiago Bernabéu cuando veía desde la grada el partido ante el Athletic, Mbappé se reivindicó.

En una temporada en la que ya suma 34 goles y en la que ha marcado en las cuatro finales que ha jugado el equipo blanco, el francés emerge como el gran líder de un equipo que este año no ha estado a la altura de las expectativas: eliminado en cuartos de final de la Champions, derrotas en la Supercopa de España y la Copa del Rey, pero sobre todo, unas sensaciones nada positivas.

Mbappé celebra el gol del Real Madrid en la final de Copa ante el Barça.

Mbappé celebra el gol del Real Madrid en la final de Copa ante el Barça. Reuters

"En el segundo tiempo hemos buscado más la salida desde atrás, cuando han bajado un poco el ritmo de la presión lo hemos logrado. A Mbappé he preferido meterlo en la segunda parte, cuando el ritmo ha bajado un poco. No podía aguantar todo el partido y por eso ha salido en la segunda parte. Tuvo minutos muy buenos", reconoció Ancelotti en rueda de prensa.

Tras la derrota en la Copa del Rey, al Real Madrid ya solo le queda pelear La Liga con el Barça aunque no será tareá fácil arrebatarle el liderato de la clasificación, puesto que los de Hansi Flick tienen cuatro puntos de ventaja y sólo quedan cinco partidos, siendo uno de ellos otro Clásico.