Endrick celebra con el Real Madrid

Endrick celebra con el Real Madrid Europa Press

Fútbol

La madurez insólita de Endrick, el rey de la Copa: "Los delanteros de aquí son los mejores del mundo. Yo no soy nadie"

El delantero de 18 años marcó en la vuelta de las semis como ya hizo en la ida. Este martes puso al Bernabéu en pie.

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Endrick sigue devorando goles en la Copa del Rey. Titular en el Santiago Bernabéu Ancelotti dio descanso a Mbappé, aunque luego le sacó al campo—, marcó en la vuelta contra la Real Sociedad como ya hizo en la ida. Cinco tantos lleva en el torneo, liderando la tabla de goleadores junto al atlético Julián Álvarez.

A sus 18 años, Endrick ha agarrado la Copa para no soltarla y aprovechar la falta de oportunidades que tiene en el resto de competiciones. Desde Cristiano Ronaldo en la temporada 2012/13, ningún madridista había sumado tantos goles en una misma edición del torneo. El portugués llegó a siete. Ahí es nada.

Fue un partido para hacerse un hombre. Endrick cogió la responsabilidad desde el principio y a los ocho minutos rozó un golazo histórico de chilena. Por el control y por el remate, dos maravillas, el Bernabéu se puso en pie. Luego, tras el gol que adelantó a la Real, aprovechó un genial pase de su amigo y sensei Vinicius para definir de cucharita frente a Remiro.

No gustó al madridismo que Endrick fuera el primer cambio, en el minuto 66, para que entrara Mbappé. Pero el menino de Taguatinga lo entiende. Comprende su rol en su primer año en el Madrid, por lo que tiene delante de él y porque tiene lo más importante de su lado: el tiempo.

Ancelotti le dio una lección de vida en la previa del partido. O quizás no iba tanto para él y sí para los que ven su situación desde fuera. El italiano dijo que para estar —y triunfar— en el Real Madrid "es habitual chupar un poco de banquillo". Le pasó a Vinicius, a Valverde y a Rodrygo, por sólo mencionar a tres de sus compañeros.

El gol de Endrick contra la Real Sociedad

El gol de Endrick contra la Real Sociedad Reuters

Tras la locura del final del tiempo reglamentario y la prórroga, llegó la calma. Y ahí apareció de nuevo Endrick, acompañado de su familia. Tan maduro y contundente con sus palabras como con el balón un rato antes. El brasileño mostró en zona mixta que no tiene prisas y que por su cabeza sólo pasa una cosa: ser una estrella en el Madrid.

En lugar de reivindicarse, Endrick puso los pies sobre la tierra tras su mejor noche de la temporada: "Los cuatro delanteros de aquí son los mejores del mundo. Vini, Kylian, Jude y Rodry. Yo no soy nadie. Estoy aquí como el amigo de todos. Como un jugador que quiere trabajar y estar aquí toda mi vida. A mí no me importa quién va a jugar. Estoy en el banquillo apoyando, y si me pone, lo daré todo". Ancelotti estaría orgulloso si lo viera.

"Yo quiero estar aquí en el Madrid. Trabajando puedo subir de cargo, como vosotros [los periodistas]. Tengo que trabajar. Ayudar y marcar goles", decía también frente a los micrófonos. Un discurso templado a pesar de ser el jugador de la plantilla con mejor media goleadora (uno cada 80') y ser el antepenúltimo en el reparto de minutos (562').

En este proceso, Endrick se mantiene al margen de las noticias que circulan en torno a él: "No miro lo que están hablando. No he visto lo que ha dicho. Cuando estás arriba, la prensa está contigo. Cuando estás abajo, la prensa sigue arriba, y eres malo. No sirves para nada. Desde mi 17 años que no miro cosas de prensa. Sólo quiero jugar al fútbol, con mi familia".

Así es Endrick, un chico de 18 años que no aparenta, ni mucho menos, ser un adolescente. Su seguridad está en su familia y su cabeza en el deseo de jugar muchos años en el Madrid. El premio fue ver este martes a todo el Bernabéu aplaudiéndole y coreando su nombre cuando fue cambiado. Es una estrella en ciernes.