Pep Guardiola, cabreado en un partido del Manchester City.

Pep Guardiola, cabreado en un partido del Manchester City. REUTERS

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Guardiola también es humano: todos los fracasos que condenan a Pep en su peor año y lo que le queda para salvar la temporada

La temporada del técnico catalán al frente del City es una debacle y eso que aún quedan varios meses para terminar el curso.

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No se recuerda a un Manchester City tan vulgar en muchos años. No al menos desde la llegada de Pep Guardiola al banquillo en la temporada 2016/2017 para abrir una nueva era en el conjunto citizen.

El técnico catalán es uno de los grandes señalados por el desastroso curso que está firmando uno de los equipos con más presupuesto del mundo. El ingente desembolso económico realizado en la plantilla -cerca de 200 millones de euros gastados en el reciente mercado invernal- no corresponde con los resultados, y las decepciones siguen llegando una detrás de otras.

La última de ellas, la de la Champions League, siempre el gran anhelo del equipo inglés. El City se encontró con un Real Madrid muy superior en la eliminatoria y ni siquiera pudo llegar a los octavos de final, la evidencia de una debacle absoluta y, quién sabe, un fin de ciclo no sólo en la plantilla.

No parece peligrar el puesto de Guardiola en el Manchester City. Renovó, de hecho, el pasado mes de noviembre por dos años más para seguir en el Etihad al menos hasta 2027, pero la historia ha dejado claro una y otra vez que nada ni nadie en el fútbol son eternos.

Pep suma la friolera de 18 títulos al frente del City, y consiguió derribar la barrera que parecía impenetrable de ganar la Champions hace dos temporadas, aquella en la que consiguió el triplete junto a la Premier y la FA Cup. Ahora, sin embargo, demuestra que también es humano y que a él, con cierto aire de resignación en sus apariciones públicas, también le pueden ir mal las cosas.

Los batacazos del curso

La temporada del Manchester City sorprende hasta al más pesimista. Un equipo acostumbrado en los últimos años a dominar con puño de hierro en la Premier y a avanzar sin demasiadas dificultades en Europa, de repente ha visto torcido su destino.

En ello tiene mucho que ver, está claro, la grave lesión de Rodrigo, que no volverá a jugar hasta dentro de unos meses, pero Guardiola no puede excusarse tan sólo en esta ausencia para justificar lo que está pasando.

Pep Guardiola, tras caer con el Manchester City

Pep Guardiola, tras caer con el Manchester City EFE

Pronto se desconectó el City de la pelea por la Premier League. Una nefasta racha entre octubre y diciembre le hizo descolgarse de manera radical de la lucha por el título mientras el Liverpool, el actual líder de la clasificación, no fallaba. 

El resultado de todo ello es una diferencia abismal de 17 puntos con los reds justo antes de medirse a ellos hoy mismo en el Etihad. Una victoria podría ser una gran inyección de moral para lo que resta de curso.

Pero esta lejanía con el líder también se traduce en que el City, por primera vez en mucho tiempo, está teniendo serios problemas para estar entre los privilegiados que garantizan su puesto para jugar la próxima Champions League. No está ni mucho menos claro que los de Guardiola puedan terminar entre los cuatro primeros, algo que sería una auténtica debacle.

Lo que escuece mucho por Mánchester es la eliminación tan tempranera en la Champions League. Con Guardiola en el banquillo, el City siempre había llegado al menos a los cuartos de final de la máxima competición continental, algo que este curso ni siquiera ha rozado.

Una paupérrima fase de grupos, con pinchazos del todo inesperados, provocó que el equipo inglés acudiera al playoff y además tuviera la mala suerte de ser emparejado con el Real Madrid. Los de Ancelotti pasaron por encima en la ida y en la vuelta y ridiculizaron al City.

Además, otro trofeo menor como la EFL Cup, la Copa de la Liga, tampoco ha sido nido de buenas noticias para el City. En esta competición Guardiola fue eliminado en los octavos de final por el Tottenham, lejos de las rondas más avanzadas.

Una puerta para la esperanza

El panorama que le queda por delante a Guardiola en lo que resta de temporada no es, ni mucho menos, alentador. Fuera de la pelea por la Premier y eliminado de la Champions, pocos alicientes le restan en el horizonte a un equipo ganador.

En la competición doméstica, no obstante, va a tener que apretar el acelerador. No se puede dejar llevar el City porque debe asegurar todavía su presencia entre los cuatro primeros, ya que no estar en la próxima Champions sería un varapalo durísimo para el proyecto.

Además, aún tiene Guardiola una pequeña ventana abierta a recibir una alegría en un curso tan duro. Su equipo todavía sigue vivo en la FA Cup, así que volcará todos sus esfuerzos en poder alzarse con el título en esta competición y ahogar así las penas aunque sea en menor medida.

Le queda camino, eso sí, por delante al City todavía. Eliminó al modesto Leyton Orient a duras penas y de esta manera logró alcanzar los octavos de final. En esta ronda se medirá al Plymouth, por lo que tan sólo otra debacle le apearía de la competición.

Mucho trabajo tiene Pep Guardiola por delante en estos meses para arreglar en la medida de lo posible una competición torcida desde hace mucho. El catalán ha aparecido con cierto tono de resignación en los últimos tiempos, algo que no cuadra demasiado con su reciente renovación por dos años más.