Lamela celebra el gol de la remontada.

Lamela celebra el gol de la remontada. REUTERS

Fútbol SEVILLA 2 - 1 JUVENTUS

El Sevilla hace magia para eliminar a la Juventus en la Europa League y jugará la final ante la Roma

El conjunto hispalense tuvo que ir a la prórroga para lograr el pase y peleará por su séptimo entorchado en esta competición gracias a los goles de Suso y Lamela. 

18 mayo, 2023 23:36

Pasarán los años, los rivales, los escenarios y los jugadores, pero la conexión del Sevilla con la Europa League seguirá siendo inexplicable. Es imposible buscarle una lógica a la relación que mantienen en Nervión con esta competición. Lo único tangible es que pelearán por su séptimo entorchado el próximo 31 de mayo ante la Roma de Jose Mourinho. [Sevilla 2 - 1 Juventus: narración y goleadores]

El Sevilla se deshizo de la Juventus y se coló en la final de la Europa League en otra noche mágica en el Sánchez Pizjuán. El templo sevillista vibró como en sus mejores noches europeas y llevó a los suyos en brazos hacia Budapest después de una temporada que, hasta la llegada de Mendilibar, era para olvidar. El técnico vasco ha resucitado a un equipo que estaba medio muerto y camino de Segunda División.

La Juventus fue un equipo de lo más pegajoso en toda la eliminatoria. En la ida, empató en el tiempo añadido, y en la vuelta incluso llegó a ponerse por delante con el gol de Vlahovic en la segunda parte. No obstante, el Sevilla supo reponerse a todo, incluso a una acción polémica que parecía penalti sobre Óliver Torres y en la que el colegiado y el VAR miraron hacia otro lado justo antes del descanso.

Suso, con un zapatazo, marcó el camino de la remontada y ya en la prórroga Lamela hizo el resto. Después de 120 minutos el Sevilla se plantó en la final y siguió agrandando su leyenda en la Europa League.

Un partido frenético

El Sevilla jugaba en casa y quería hacer valer este factor diferencial. Cuando el Sánchez Pizjuán aprieta, decide partidos, y Nervión estaba como en sus mejores días porque desde varios minutos antes del pitido inicial ya estaba lleno hasta la bandera. Una marea roja alentaba a los suyos desde la grada así que lo único que podía hacer el equipo era responder sobre el terreno de juego. 

Lo hizo, porque el inicio de los de Mendilibar fue realmente eléctrico. El Sevilla encerró en su campo a la Juventus en los primeros minutos, le metió una intensidad al partido que cansaba de solo mirarla y robaba rápido cuando perdía el balón. Los hispalenses cercaron el área transalpina, pero quien estuvo a punto de golpear primero fue precisamente el equipo visitante. 

Bryan Gil cae al suelo.

Bryan Gil cae al suelo. REUTERS

Gatti remató un córner y obligó a Bono a realizar una gran intervención. Pero aquello tan sólo acababa de empezar. La primera parte fue preciosa, con acercamientos en ambas áreas y con dos equipos que no renunciaban a la faceta ofensiva. Ocampos remató en el primer palo y el balón lo tuvo que sacar Szczesny en la misma línea de gol para evitar una acción que hubiera puesto patas arriba al Pizjuán. 

La próxima fue en el otro bando. Di María recibió un pase de Rabiot y se plantó mano a mano ante Bono, pero su deficiente definición terminó con la pelota saliendo por encima del larguero. Era una batalla sin cuartel, y Acuña obligó a responder a Szczesny, seguramente el mejor de su equipo en la primera parte. 

En-Nesyri se lamenta de una ocasión fallada.

En-Nesyri se lamenta de una ocasión fallada. REUTERS

La Juve, que quizás por los nombres propios de su once inicial no asustaba tanto, se encontró con el poste en el lanzamiento de Kean, y a Rabiot hasta le anularon un gol por fuera de juego. Había peligro para el Sevilla, que terminó la primera mitad absolutamente indignado y parece que con razones de peso. 

Cuadrado se empleó con violencia contra Óliver Torres pero el colegiado ni siquiera señaló falta. Con el jugador del Sevilla en el suelo y el Pizjuán enloquecido, la acción se revisó en el VAR mientras el juego seguía. Desde los monitores le dijeron al colegiado que no había nada, pero las repeticiones arrojaron unas imágenes en las que la acción era casi merecedora de expulsión y parecía que además había sido dentro de área. Penalti no pitado para el Sevilla que podía haber desequilibrado el partido. 

Definen los banquillos

En la segunda mitad no bajó la intensidad ni tampoco la frecuencia de las llegadas por parte de los dos equipos. Rabiot aviso con un disparo que se fue por milímetros, como el cabezazo de Bremer, pero entonces entró al terreno de juego uno de esos delanteros que no perdonan.

Vlahovic tiene más gol que el resto del equipo hasta jugando cojo, así que tardó un minuto en marcar. El ariete se coló entre los centrales aprovechando el error de la defensa local y, ante la salida de Bono, picó el balón con mucha clase por encima.

Vlahovic, felicitado por sus compañeros por el gol.

Vlahovic, felicitado por sus compañeros por el gol. REUTERS

El Sevilla tenía que remontar, pero jugaba en el Pizjuán y eso es mucho decir en la Europa League. Suso, otro de los que había entrado al campo unos minutos antes, cogió un balón sin aparente peligro fuera del área, se habilitó a su pierna izquierda y, sin medir palabra, soltó un latigazo que se coló en la escuadra de la portería de la Juve. Locura incontrolable en el Pizjuán. 

El Sevilla apretó de lo lindo en busca del gol que le llevara a Budapest por la vía directa. Sin embargo, ahí estaba Szczesny en la portería de la Juventus para salvar una y otra vez con manos a cada cual más milagrosa. Impresionante actuación del guardameta, que mantuvo a flote a los suyos y que llevó el partido a la prórroga.

El tiempo extra

Tocaba apelar a la épica, a la magia y cuantas cosas extraordinarias fuera necesario. Se podría pensar que la Juventus, por historia y por esa conexión que tienen los equipos italianos para desequilibrar partidos cuando nadie lo espera, podía tener algo de favoritismo. Pero esto era la Europa League y el Sevilla jugaba en el Pizjuán, así que la balanza se decantaba a favor de los españoles. 

La Juve comenzó el tiempo extra con una energía descomunal. Primero Vlahovic y sobre todo después Chiesa obligaron a Bono a emplearse a fondo. Estuvo a punto de adelantarse el conjunto transalpino, pero el Sevilla tenía muchas cosas que decir en este partido todavía.

Lamela celebra el gol de la victoria del Sevilla.

Lamela celebra el gol de la victoria del Sevilla. REUTERS

En el minuto 95, un centro medido desde la banda izquierda encontró la cabeza de Lamela. El argentino, más oportuno que nunca, conectó un remate imparable incluso para Szczesny y puso por delante al equipo de Mendilibar. Reventaron todos los medidores de decibelios y la celebración del gol se pudo escuchar más allá del Guadalquivir. Qué locura. 

Los de Allegri reaccionaron en busca del empate y gozaron de un par de ocasiones claras para haber forzado los penaltis. Marcos Acuña fue expulsado por ver la segunda cartulina amarilla por retrasar el juego, así que no jugará la final. El Sevilla tuvo que sufrir pero terminó firmando la gesta y peleará por su séptima Europa League.